Inder Bugarin, corresponsal
BRUSELAS, Bélgica, agosto 30 (EL UNIVERSAL).- A tres años de la aparición de Covid-19, uno de cada cuatro establecimientos de salud en México carece de puntos para lavarse las manos con agua y jabón o desinfectante hidroalcohólico.
Así lo revela el informe publicado este martes por el Programa Conjunto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), sobre el estado de los servicios de agua, saneamiento e higiene en los establecimientos de sanitarios.
En el informe sobre los progresos realizados en el periodo 2000–2021, indica que solo el 72% de los establecimientos sanitarios del país cuentan con puntos para lavarse las manos con agua y jabón.
En tanto que la cobertura de instalaciones de saneamiento en los hospitales es deficitaria. El 67% dispone de servicios limitados que no cumplen los criterios básicos alcanza, mientras que un 3% no cuenta con dicho servicio.
Respecto a la cobertura de agua, lejos está de ser universal en las clínicas del país. El 3% de los centros de salud no disponen de una fuente de agua protegida en sus instalaciones, en tanto que el 11% ofrecen acceso limitado, no disponible o no en el lugar.
«Los hospitales y dispensarios que carecen de agua no contaminada y servicios básicos de higiene y saneamiento pueden ser una trampa mortal para las embarazadas, los recién nacidos y los niños», alerta en un comunicado Kelly Ann Naylor, Directora del Grupo de Programa sobre Agua, Saneamiento e Higiene y Clima y sobre Medio Ambiente, Energía y Reducción del Riesgo de Desastres del UNICEF.
El informe también exhibe el rezago que hay en México en materia de separación y eliminación segura de los desechos sanitarios. El 65% de los centros hospitalarios cuentan servicios básicos en la materia, mientras que en 35% la «basura médica» no es tratada, segregada o eliminada de manera segura.
En el país, el 93% de los desechos sanitarios son segregados, pero solo el 71% son tratados debidamente.
«La existencia de instalaciones y prácticas de higiene en los establecimientos de salud es innegociable. Es imprescindible mejorarlos de cara a la preparación y la prevención frente a las epidemias y la recuperación tras ellas, pero no podremos avanzar si no se incrementan las inversiones en medidas básicas como el agua no contaminada, los aseos limpios y la gestión sin riesgos de los desechos de las actividades de atención de salud», afirma Maria Neira, Directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS.
El estudio presentado en la Semana Mundial del Agua que se celebra en Estocolmo, Suecia, resalta que los ambientes y las manos contaminadas son una fuente importante de transmisión de patógenos y de generación de enfermedades infeccionas evitables, incluidas las causadas por patógenos resistentes a los antimicrobianos, adquiridos durante la prestación de los servicios de salud.
Estima que en los países de ingresos bajo y medio, un 30% de los pacientes en cuidados intensivos corre el riesgo de contraer una enfermedad infecciosa, dos a 20 veces mayor que en los países de altos ingresos. Están particularmente expuestos los recién nacidos
Sostiene que el cumplimiento de las metas relacionadas con agua, saneamiento e higiene para 2030 requiere de voluntad política y financiamiento. Si bien son metas costosas, son cifras modestas en comparación con el actual gasto para enfrentar las enfermedades generadas por servicios con una cobertura limitada.