Por Erick Cortés.- En México más de la mitad de los estudiantes no pueden comprender ni resolver problemas matemáticos básicos y tienen dificultades para comprender lo que leen. Ese fue el resultado del último informe PISA, la prueba que evalúa el desempeño académico de los jóvenes de 15 años en los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Los resultados, publicados en diciembre del 2023, fueron desestimados por el presidente Andrés Manuel López Obrador: “Nosotros no los tomamos en cuenta, porque todos esos parámetros se crearon en la época del neoliberalismo, en donde lo que querían era impulsar, supuestamente, la calidad de la enseñanza, la excelencia, y desaparecer la educación pública, degradándola”, dijo.
Sin embargo, una evaluación realizada por el instituto educativo japonés Kumón encontró un paralelismo con los resultados de PISA en la educación básica, tras realizar 43 mil pruebas de conocimientos y habilidades académicas a niños de primaria en México, Panamá, Costa Rica y Guatemala, encontrando que el 60% de los estudiantes de entre los seis y 12 años no comprenden lo que leen, tienen una caligrafía defectuosa, excesivas faltas de ortografía y dificultades para mantener la atención y la concentración.
El desempeño en matemáticas fue más preocupante aún, al encontrar que ocho de cada 10 estudiantes tienen dificultades para resolver problemas de aritmética básica.
Los resultados mantuvieron la misma tendencia en alumnos de instituciones públicas y privadas, y se estima que el 30% de ellos no alcanzarán la formación universitaria si el problema no se corrige. “Nunca se hace urgente atender esta problemática en menores de 12 años que están teniendo dificultades de aprendizaje, aunque sus padres sí expresan preocupación ante esas deficiencias”, expresó Felipe Cuéllar, vicepresidente del instituto en la región de México y centroamérica.
Al igual que PISA, Kumón identifica a la emergencia sanitaria por Covid-19 como la principal causa del rezago en la actual generación, ya que los estudiantes vieron reducida su confianza y habilidades de estudio durante el período de confinamiento.
Para atender el problema, Cuéllar sugiere inculcar el autodidactismo, la disciplina y la constancia en los menores, así como dedicar más tiempo para trabajar en sus habilidades de aprendizaje: “Todos debemos comprometernos a apoyar los sistemas escolares con clases extraescolares para fortalecer las habilidades de estudio de los alumnos, que son un elemento esencial que necesitan para la vida y una profesión en la economía global”, concluye.