México, 5 ene (EFE).- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha sido acusado de «simulación democrática» y de autoritario por anunciar el reclutamiento de 50.000 jóvenes para la Guardia Nacional antes de que los mexicanos voten en referendo y se reforme la Carta Magna para su creación.
«Él está legitimado para tomar las decisiones, pero la consulta ciudadana es un ejercicio de simulación. Y es un menosprecio a las instituciones democráticas implementar políticas antes del aval del Congreso», dijo hoy a Efe el coordinador del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Khemvirg Puente.
El líder izquierdista anunció esta semana un programa de reclutamiento de hasta 50.000 jóvenes para conformar la nueva Guardia Nacional, un organismo encabezado por las Fuerzas Armadas y formado por militares, navales y policías federales.
Esta entidad ha sido criticada por organismos nacionales y extranjeros por considerar que perpetúa la militarización del país y la llamada guerra contra el narcotráfico, que arrancó en 2006 bajo el mandato de Felipe Calderón.
Este programa de reclutamiento desató también las alarmas entre expertos y en redes sociales porque se anunció antes de que el Congreso apruebe la reforma constitucional necesaria para configurar el organismo.
E incluso antes de que la ciudadanía se pronuncie el 21 de marzo y mediante un referendo si desea la formación de ese organismo.
Varios partidos de oposición criticaron el reclutamiento y acusaron de impositor al izquierdista. «Es un claro mensaje de autoritarismo y de falta de respeto al Poder Legislativo», denunció el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).
En respuesta a una pregunta sobre esa posible «simulación», López Obrador respondió que «está en proceso la creación de la Guardia Nacional. Depende de la reforma a la Constitución, pero necesitamos tener más elementos para enfrentar el problema de la inseguridad y de la violencia. Y por eso la convocatoria».
«No queremos perder tiempo. Hay que avanzar en todo lo que podamos», añadió.
La tranquilidad con la que López Obrador pronunció estas palabras generó muchos titulares en la prensa nacional, así como críticas de varios columnistas y en redes sociales.
Y es que no es la primera vez que el líder de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) anuncia nuevos proyectos antes de que la ciudadanía los valide en sus consultas que, asegura, sirven para dar por primera vez voz al pueblo mexicano.
Ocurrió con una de sus principales obras de infraestructura, el Tren Maya, que recorrerá cinco estados del rezagado sureste de México.
A mediados de noviembre y dos semanas antes de una consulta ciudadana para validar su construcción, el mandatario anunció que las obras arrancarían el 16 de diciembre.
En la segunda consulta participaron unos 925.000 mexicanos, en un país con 88,3 millones de electores.
«Las consultas ciudadanas son pura ficción, porque realmente no se pueden considerar un proceso de participación política. Es un teatro que legitima sus decisiones», comentó a Efe el investigador político Ulises Flores, profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Los expertos recordaron que López Obrador obtuvo un aplastante triunfo -con el 53 % de los votos-, lo que le da mucha legitimidad. Y su partido Morena tiene mayoría en el Legislativo.
Según Puente, estas decisiones anticipadas impactan en la democracia porque esta, a diferencia de los regímenes autoritarios, se caracteriza por una toma de decisiones «más lenta y consensuada».
«López Obrador, y ya lo vimos cuando fue jefe de Gobierno de la Ciudad de México (2000-2005) toma las decisiones y luego las negocia. Más que autoritarismo, refleja necedad y poca visión en política pública», concluyó Flores.
El próximo 16 de enero la Cámara de Diputados celebrará un periodo extraordinario para debatir la reforma constitucional necesaria para crear la Guardia Nacional.