Aunque no es oficial, aunque es cierto de que la SE ya trabaja en la reapertura de las plantas automotrices en coordinación con las empresas, se habla aquí del 18 de mayo como la fecha tentativa para que, por lo pronto, los trabajadores de Nissan regresen a sus puestos de trabajo, para así comenzar a echar andar a un sector que emplea aquí en el Estado a alrededor de 50 mil personas.
El debate que se ha producido aquí, luego de que el mandatario acordara con su par estadounidense la reapertura de los sectores automotriz y aeronáutico, es sobre los riesgos sanitarios de tal medida, por un lado, y la necesidad de por lo menos reducir el impacto económico del cierre de estas y otras muchas factorías y unidades de negocios, aunque se asegura que para paliar el primero, el regreso a las fábricas será gradual y con nuevas y mejores medidas para evitar que allí se propague el coronavirus.
Por lo demás no vemos a qué viene tanta preocupación por la posibilidad de la reapertura, o de la propuesta de echar andar el sector restaurantero y de ocio, pues la verdad es que con las plantas y comercios cerrados y por ello con la economía pegando bocanadas, no es que la gente haya obedecido la recomendación de quedarse en casa, lo que hace ver ineficaz la instrucción de mantener a los sectores productivos clausurados.