Aguascalientes.- Tener un familiar con enfermedad renal en etapa avanzada, para muchos es verlo morir lentamente, sobre todo porque el diagnóstico en la mayoría de los casos se da cuando el órgano tiene un daño avanzado, pocos se detectan a tiempo pues los síntomas a veces también son confusos para los pacientes que acuden tarde a la atención, refieren especialistas.
Eugenia Ramírez sufrió apenas en diciembre pasado la muerte de su hijo Sergio, que no tuvo de otra que mostrarse como un roble ante su joven vástago al que poco a poco se le escapó la vida.
Durante casi 10 años necesitó primero diálisis, luego hemodiálisis, después el trasplante del riñón que ella le regaló. “Primero fue el impacto de saber la deficiencia, que no teníamos dinero para pagar tanta medicina y atención, luego el ir y venir al Seguro Social donde a veces nos trataban bien, otras muy mal”.
Los últimos meses de vida de Sergio fueron de entrar y salir del Hospital 2 del IMSS, “en los primeros días de diciembre lo desahuciaron sus médicos y ya ni lo atendían, yo pedía que lo trasladaran a León o a San Luis, pero nunca me hicieron caso, me decían que ya no hacían traslados, ofrecían atención en una clínica privada, al final logré que lo llevaran a León, lo operaron pero antes de la Navidad, él murió”.
Guadalupe Ortiz, recibe diálisis cada tercer día en la Clínica Ambulatoria 10 del IMSS, “soy diabética y eso ha complicado las cosas, no me acostumbro a pesar de estar en este proceso desde hace casi 4 años, todavía tengo la esperanza de recuperar mi salud, a veces lo veo difícil pero tengo mucha fe, es más, debo tenerla porque no me puedo dejar morir, tengo a mis hijos y todavía me necesitan”.
El estado de ánimo de un paciente con deficiencia renal es importante, casi igual que en otras enfermedades terminales, sobre todo porque el carácter llega a cambiar y mucho, “hay momentos en que no nos aguantamos, se nos viene el mal genio y recalamos con la gente que está a nuestro alrededor, también sentimos que no somos bien atendidos y eso muchas veces es cierto, quienes estamos en el IMSS nos resignamos a recibir lo que nos dan por derecho, a veces no de buena gana”.
En Aguascalientes son hay aproximadamente de 1,450 pacientes con tratamiento de diálisis en hospitales del IMSS, ISSSTE y del Sector Salud local, sin considerar los atendidos en clínicas particulares, aunque se debe tomar en cuenta que el 70 u 80% de éstos cuentan con seguridad social y de alguna manera tienen la atención oportuna, según comentó el nefrólogo Alfredo Chew Wong.
En tanto la doctora Maricela Saldaña, auxiliar en la Coordinación del Hospitales de Segundo Nivel en la Delegación del IMSS, dio a conocer que actualmente son atendidos aquí 1,652 pacientes con diálisis, a 948 se les da hemodiálisis, de los cuales 674 son subrogados y la mayoría de éstos son atendidos en el Hospital Hidalgo.
Cada diálisis en lo privado llega a tener un costo de entre 1,400 y 1,600 pesos y en la mayoría de los casos reciben 3 a la semana y conforme avanza la enfermedad el tratamiento aumenta.
El costo de la atención para un paciente con enfermedad renal aumenta cuando ha sido trasplantado, pues se debe tomar en consideración que el medicamento a tomar será para siempre y así permitirle tener calidad de vida.
Cabe mencionar que una cirugía para el trasplante de riñón con donador vivo, llega a costar alrededor de 110 mil pesos en lo privado, por eso es que los pacientes con seguridad social piden ser atendidos como corresponde tanto en IMSS e ISSSTE, donde se tiene la obligación de darles el servicio que requieran con la calidad y calidez, que es la exigencia de los pacientes derechohabientes y el reclamo frecuente porque sienten el rechazo y la atención lenta y deficiente.