Aguascalientes.- Vivo ejemplo de cuando la vocación se convierte en profesión y se adapta como un estilo de vida, tal es el caso del doctor Arturo, que desde muy pequeño supo que quería salvar vidas y motivado por esta máxima se formó en el sacrificado mundo de la Medicina.
¿Cómo nace el interés por estudiar Medicina y por qué en esta ciudad?
Pues yo no sabía si quería ser bombero, paramédico o médico, lo único que sabía era que quería salvar vidas, ayudar a la gente necesitada y fue así como me decidí por estudiar Medicina, ser cirujano general fue mi primer objetivo. Mi padre nos mandó de la CDMX para que aquí estudiáramos ya que él estaba por jubilarse y quería regresar a esta ciudad.
¿Qué es para usted la Medicina?
La Medicina es vida, ser médico significa mi vida, al médico y al sacerdote siempre los tratan bien y sí, tiene sus privilegios. Creo mucho en Dios, siempre que entro a operar me santiguo y santiguo al paciente, me pongo en las manos de Dios, le digo “órale, échame la mano cuate”, y gracias a eso todavía no mato a nadie, espero que no vaya a pasar nunca o que por cuestión de negligencia suceda un accidente de esos.
¿Cómo fueron sus inicios dentro de la Medicina?
Cuando terminé la carrera me fui a los Estados Unidos, quería juntar dinero para poner un consultorio, pero el temblor del 85 me trajo de regreso, estuve en la CDMX como voluntario, me tocó recoger cadáveres, ponerlos en bolsas, etiquetarlos y ponerles hielo, se acondicionó una base en el campo de beisbol del Seguro Social, ahí poníamos los cadáveres que encontrábamos. Un mes después del temblor me fui a Tlaxcala para hacer la residencia en Cirujano Gastro, en ese tiempo un urólogo me vendió una Caribe que al poco tiempo se le barrieron los discos y ya no servía, le dije al doctor y no me quiso regresar el dinero pero me dijo que a cambio me enseñaría Urología y hasta la fecha sigo operando urología gracias a la Caribe que se le barrieron los discos. Estuve tres años como ayudante operando urología y trasplantando riñones en Puebla, hacíamos hasta seis cirugías al día más las que se presentaran por las noches en urgencias.
¿Cuáles han sido sus mayores satisfacciones en esta profesión?
Participar en el primer equipo de trasplantes renales, en el primer trasplante que se hizo en el Hospital General de Zona Número 1, fui parte del equipo y los dos pacientes vivieron.
Toda mi vida de médico he sido cirujano y eso me ha dado la mayor satisfacción, es el ayudar a salvar o mantener con vida a las personas y creo que esa es mi principal misión y lo he hecho lo mejor posible.
¿Cuáles son las experiencias más fuertes que le ha tocado vivir como médico?
A mí me gusta mucho ayudar a la gente y mi profesión me permite hacerlo, considero que quien ama lo que hace le entra a todo, hubo momentos en los que algunos médicos no quisieron operar y sino le entraba yo, nadie lo haría, son experiencias fuertes pero me han ayudado a ser fiel a mi profesión y servir a quién lo necesita.
Ejemplos que me gusta platicar y que son casos aislados pero que se han presentado, llegué a operar a pacientes con Síndrome de Fournier, este síndrome hace que se contamine todo el perineal, genital y glúteos, había que quitar todo lo podrido, lo que estaba infectado. Los compañeros no le entraban ya que siempre hay riesgos, pero yo decía que alguien lo tenía que hacer y ahí entraba mi responsabilidad y compromiso como médico. Me tocaron otros casos con el mismo síndrome pero ahora con VIH positivo y había que entrarle, el ser médico es para siempre y para todos.
Doctor, sabemos que esta profesión es muy demandante, ¿cuáles han sido sus mayores sacrificios?
Siempre el mayor sacrificio es no estar con la familia, con los hijos, la esposa es quien está siempre al frente, pero llegan momentos en que no te ven y eso es lo más fuerte. El trabajo se convierte en un estilo de vida y te absorbe, hubo un tiempo en que estaba como urólogo en el ISSSTE, de cirujano en el Hospital General de Zona 1 y 2, los fines de semana como jefe de Servicios en el Hospital Morelos y una situación en especial con mi hijo me hizo renunciar, quedándome solo con el trabajo del Hospital General de Zona No. 1 y con mi familia, creo que elegí la mejor parte, era una buena lana menos, pero estaba con mi esposa y mis hijos, cambiamos las cenas en los restaurantes por los tacos.
¿Cómo se involucra en la formación de nuevas generaciones de médicos actualmente?
Me gusta mucho ayudar y en eso entra también el enseñar, empecé dando clases de Biología y Ciencias Naturales en el Colegio de La Paz.
Después estuve dando clases de Físico Química y Bioestadística en la Preparatoria Petróleos, en la UAA impartí las materias de Urología, Cirugía General y Angio en la carrera de Medicina.
Actualmente tengo tres años como docente en la Universidad Cuauhtémoc en la cual imparto la materia de Nefrología que acaba con trasplante renal y Gastro.
¿Qué considera que le hace falta a las nuevas generaciones de médicos?
Nos deberían enseñar a ser más humanos desde el primer año, tenemos esas fallas y carencias que queremos recuperarlas ya cuando acabamos la carrera y no se trata de eso ya que la Medicina la ven como la profesión que nos va a dar dinero, sí nos va a dar muchas satisfacciones, el dinero viene después de los 40 años si se están haciendo las cosas bien. Ojalá que nos enseñaran humanidad y que nos enseñaran Ortografía para poder competir con otras profesiones y jalar todos por el mismo lado.
¿Cómo ve el rumbo del servicio de Salud en el país?
Lo veo muy bien, considero que el Gobierno estatal tiene que ayudar, el presidente piensa en el INSABI y pide gente honrada y comprometida. Yo estuve más de 30 años en el IMSS, sé que la Federación manda un recurso para Aguascalientes, es necesario jalar para el mismo lado. Con el INSABI el Sector Salud puede ser mejor y el servicio en Aguascalientes puede crecer, Ramírez Loza es un excelente médico a quién se le puede sacar mucho jugo, sólo hay que jalar para el mismo lado.
Doctor, ¿qué sigue después de la jubilación?
Uno sigue siendo médico toda la vida, me gusta ayudar a la gente pobre, sigo dando consulta particular en especialidades de Urología y Gastro, siempre me ha gustado el futbol, soy cinta negra, quiero seguir disfrutando al lado de mi familia, leer, nadar, ah pero lo que me divierte más es dar consulta en una Farmacia de Genéricos en La España, los sábados estoy todo el día, he llegado a tener hasta 27 pacientes y hay veces en las que ya me quiero salir y llegan más, me pagan $25 pesos por consulta, me divierto y ayudo a la gente. Hay colegas que me juzgan diciéndome que he ‘caído muy bajo’, me río, lo hago por amor y vocación, algunas veces los pacientes me reconocen preguntándome que si no era yo el que los había trasplantado y eso me llena, el que me reconozcan quiere decir que estoy haciendo bien las cosas. ¡Ser médico es vida!
Arturo Bosque Espinosa
MÉDICO CIRUJANO-GASTRO
Nace el 14 de noviembre de 1954 en la Ciudad de México, del matrimonio hidrocálido conformado por el Ing. Arturo Bosque Chávez y María Luisa Espinosa Armida. Arturo es el mayor de tres hermanos.
Casado con Blanca Esthela González de la Rosa con quien procreó dos hijos Marcela y José Arturo Bosque González.
Médico cirujano, egresado de la segunda generación de Medicina de la UAA.
Realizó la especialidad en Cirujano Gastro en la Ciudad de Tlaxcala
Como estudiante fue miembro y fundador del Banco de Sangre ‘Rafael Macías Sosa’ del Hospital Hidalgo
Director de la Cruz Roja en Manzanillo, Colima
Participó en el primer equipo de trasplantes renales en el Hospital General de Zona No. 1
Jefe de cirugías en el Hospital General de Zona No. 1
Director de la Unidad Médica de la Asistencia Ambulatoria
Consultorio particular en especialidades Urología y Gastro
Atención Médica en Consultorio Farmacia de Genéricos en la colonia España,
docente en Colegios, prepas y universidades