México, 1 jun (EFE).- Cientos de seguidores de la Santa Muerte se reunieron este lunes en su altar del popular barrio de Tepito en la Ciudad de México para celebrar la vuelta a la normalidad tras el confinamiento por la epidemia de coronavirus.
«Desde que empezó la pandemia jamás he cerrado y todos los días primeros (de cada mes) ha habido aquí gente; nunca ha dejado de haber gente», comentó a Efe Enriqueta Romero, «Doña Queta» como la llaman los fieles de la Santa Muerte.
Enriqueta, que tiene la imagen en un porche de su casa, recibió a lo largo de esta jornada la visita de más de medio centenar de personas, todas fieles de la Santa Muerte, que no tiene pertenencia oficial a ninguna religión, aunque sí muchos seguidores.
Las personas entran y salen de manera rápida, algunos llevan mascarillas, una de las medidas obligatorias en este retorno a la normalidad tras un confinamiento que no importó a los fieles de la Santa Muerte.
El altar está abierto las 24 horas del día todo el año gracias a los esfuerzos de «Doña Queta», que siempre está disponible para escuchar y fotografiarse con las personas que la visitan.
«La necesidad es más grande, nunca he dejado de salir y pues la necesidad, ‘mijo’, yo no tengo quien me mantenga», comentó «Doña Queta» al explicar el porqué de su decisión de mantener abierto el altar todo el tiempo.
De rodillas o cargando figuras de la imagen, los seguidores se acercan a su altar con velas, cigarros, dulces, bebidas alcohólicas de todas las categoría o flores.
Los más creyentes le echan humo de marihuana y la bañan con «tonayan», una bebida alcohólica elaborada a base de caña de azúcar que es muy popular entre los consumidores por su bajo precio, ya que una botella de medio litro cuesta menos de un euro.
Algunos, pocos, le llevan, oro, joyas y dinero en efectivo que dejan en manos de «Doña Queta» para que se encargue de su cuidado y también de su administración, pero ninguno de ellos revela sus peticiones a la imagen.
«¿Quién sabe? Nunca le pregunto a la gente qué le pidió, no sabría qué contestar», dice Enriqueta, quien el próximo 31 de octubre celebrará los 19 años que lleva instalado su altar, uno de los más visitados en la capital mexicana.
La peregrinación en Tepito, uno de los barrios más antiguos de la Ciudad de México, se repite todos los primero de mes y ya se prepara su fiesta anual para el 1 de noviembre, una fecha que coincide con la tradición del día de muertos en México.
«Yo no me quejo. Desayuno, como y ceno, tengo un techo y tengo mi televisión», agrega Doña Queta, la primera guardiana y, tal vez, una de las más grandes seguidoras de la Santa Muerte.