Madrid, 2 jun. (EFE).- En verano los fotoprotectores se convierten en el mejor arma para prevenir a la piel de quemaduras solares, pero las prendas de vestir también resultan ser una elección válida para esta finalidad.
La ropa se ha convertido en una de las «mejores alternativas» para lograr una buena protección solar, dice a Efe este martes la doctora Tamara Gracia, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), que considera que algunas prendas específicas son una solución «fácil y efectiva» para la prevención del cáncer de piel.
Gracia, una de las responsables del programa «Convive con el Sol» de la Fundación Piel Sana de la AEDV, señala que fue en 1996 la primera vez que se publicó un estudio en Australia, uno de los países con mayor incidencia de melanoma, acerca del factor de protección ultravioleta en textiles secos cuantificado mediante espectofotometría.
La ropa diseñada para protegernos del sol se mide en UPF (Ultraviolet Protectiong Factor) y su uso resulta especialmente «recomendable» para niños y deportistas, dos grupos de población en los que «reaplicar la crema de protección cada dos horas puede resultar una tarea difícil», comenta la dermatóloga.
Algo en lo que coincide Jose Luis Ramírez Bellver, dermatólogo en la Clínica Dermatológica Internacional, quien incide en que este tipo de prendas son una opción «muy recomendable» para niños, especialmente para menores de seis meses -en los que hay que «evitar» el uso de cremas solares- y personas de piel clara que se «queman» con facilidad.
El dermatólogo recuerda que hay que tener en cuenta que las prendas van perdiendo «eficacia protectora», sobre todo a partir de los dos años de uso, por lo que recomienda que, de la misma manera que debemos actualizar la fotoprotección cada 2 horas, «también debemos actualizar nuestra ropa protectora cada 2 años».
A la hora de adquirirla, la doctora Gracia recomienda detenerse en el «UPF, el dato que hace referencia a la cantidad de radiación UV que es capaz de bloquear el tejido», una clasificación de las telas basada en criterios estandarizados.
Los tejidos con una buena protección pertenecen al rango de UPF del 15 al 24, y las que bloquean la radiación ultravioleta en un 97,5 por ciento o más son aquellas con un UPF 50+.
Una protección que solo algunas prendas de baño proporcionaban, pero que algunas firmas de ropa ya comercializan, como en el caso de «From Sun With Love», una marca española, con UPF en su etiqueta, pionera de ropa de protección solar, realizada de manera sostenible con tejidos procedentes de reciclados de botellas o de redes de pesca y otros desechos.
Se trata de ropa diseñada para mojarse y «transpirable», por lo que permite realizar cualquier actividad acuática sin que aumenten la sensación de calor.
Su fundadora Eva Zorzo decidió crear la marca hace tres años, según explica, para ayudar y concienciar a las personas de la parte «nociva» de la radiación solar, que ella ha vivido en primera persona al padecer una fuerte alergia al sol desde muy joven.
En caso de que una etiqueta no marque el rango de UPF, la doctora Gracia apunta a que hay que tener en cuenta el entramado de los tejidos, los que contengan más espacios «protegen menos», como el lino, frente a los más compactos como el algodón o las licras.
De la misma manera, Gracia recuerda que los colores más oscuros bloquean mejor la radiación UV y que con la humedad la protección «disminuye», en la ropa que no tiene capacidad fotoprotectora.
La dermatóloga advierte de que para garantizar una protección solar «segura y eficaz» se deben combinar diferentes medidas de protección.
«Ropa, cremas solares y medidas como el uso de gorros, sombreros, también gafas homologadas y la búsqueda de sombras», son las estrategias complementarias que recomienda.
Inmaculada Tapia