Moscú, 6 jun (EFE).- La Plaza Roja de Moscú acogió hoy la inauguración de la feria anual del libro homónima, que este año se celebra con la cuarentena por el coronavirus aún vigente y en medio de estrictas medidas de seguridad.
La celebración del evento masivo en la principal plaza del país suscitó numerosas críticas de personas que consideran prematura su organización antes del fin del periodo de confinamiento, que en principio concluye el próximo día 14.
A la vez, Moscú, el principal foco de COVID-19 en Rusia, lleva tres días registrando sus cifras de contagios diarios más bajos de las últimas semanas, por debajo de 2.000 casos, según los datos oficiales.
El festival del libro «Plaza Roja» suele congregar cada año en el centro de Moscú a centenares de miles de personas durante los días de su celebración.
No obstante, este año, el evento será más limitado por el aforo de los expositores y asistentes debido a la pandemia del coronavirus.
DUDAS ENTRE LAS EDITORIALES
Algunas editoriales independientes anunciaron desde el primer momento su negativa a acudir al festival pese al difícil estado de su sector debido a los efectos de la COVID-19.
Una de ellas, Ad Marginem, en el mercado desde hace casi tres decenios, lo tuvo muy claro desde el principio.
«Hemos participado en todas las ediciones anteriores pero esta vez decidimos enseguida que no vamos a hacerlo», dijo a Efe su director, Alexandr Ivanov.
Según Ivanov, la feria actual no será de gran ayuda para la industria del libro que está «en la ruina» y se parece «a un enfermo después de un infarto».
«La recuperación del sector tardará al menos dos años, pero no todos podrán sobrevivir (la crisis)», advirtió y pronosticó la quiebra de muchas de las pequeñas y medianas editoriales y el cierre de librerías independientes.
Tampoco acudió a la feria de este año la editorial infantil Albus Corvus.
«Celebrar el festival en tiempos cuando la situación epidémica en Moscú no solo está muy lejos de ser ideal sino mínimamente segura, nos parece una decisión extraña y no ponderada», dijeron en la editorial a Efe.
Por esta razón Albus Corvus no estará presente en la sexta edición de la feria «Plaza Roja», ya que no se cree en el derecho de invitar a sus lectores a un acto masivo en la situación actual.
Este año, la feria se celebra solo del 6 al 8 de junio para evitar aglomeraciones y aceptará solo 6.000 personas al día, que pueden entrar en la Plaza Roja después de que se les mida la temperatura y solo con guantes y mascarilla.
Al mismo tiempo, no se admite la entrada de personas mayores de 65 años ni de menores de 7.
Entre los participantes de la feria del libro figura la mayor editorial rusa Eksmo-Ast, cuyos representantes declararon a Efe que aceptaron tomar parte en el festival después de «sopesar todos los riesgos» y estudiar las medidas de seguridad que les garantizaron los organizadores.
«La feria es una plataforma muy importante para la industria del libro para presentar sus esperadas novedades en formato de papel. Entre las nuestras, hay más de 70 títulos y tenemos mucho que ofrecer a los lectores de distintas edades», explicaron en Eksmo-Ast.
APOYO GUBERNAMENTAL AL SECTOR
Mientras, desde la Agencia rusa de Prensa y Comunicación de Masas (Rospechat) recordaron que las librerías en Moscú abrieron ya el pasado 1 de junio, por lo que la celebración de la feria al aire libre y con el cumplimiento de todas las normas sanitarias permitirá a los ciudadanos adaptarse a la nueva normalidad creada por el coronavirus.
El subdirector de Rospechat, Vladímir Grigoriev, insistió en la necesidad de apoyar al sector del libro, ya que solo durante los meses de marzo y abril las editoriales han sufrido perdidas de más de 2.000 millones de rublos (unos 29 millones de dólares).
En rueda de prensa, Grigoriev recordó que Rusia, y su antecesora, la Unión Soviética, nunca dejaron de publicar libros, ni durante la Guerra Civil a principios del siglo XX ni tampoco durante la Segunda Guerra Mundial.