Madrid, 6 jun (EFE).- A medida que la epidemia se controla y numerosas actividades se reanudan, España se acerca a la llamada por el Gobierno «nueva normalidad», en la que se extremarán la higiene y la prevención, se aplicarán refuerzos sanitarios y se multará a quien no use mascarilla cuando sea imposible mantener la distancia de seguridad en lugares públicos cerrados.
Pero el paso del coronavirus deja también una nueva situación grave de retroceso socieconómico y mucho más desempleo, aunque pueda ser temporalmente, y que costará esfuerzo revertir.
«La crisis social se va a agravar y van a llegar momentos muy difíciles», advirtió este sábado el vicepresidente de Derechos Sociales del Gobierno, el izquierdista Pablo Iglesias, en un discurso dirigido a su partido (Podemos), en el que defendió medidas como el ingreso mínimo vital para las familias más necesitadas, aprobado recientemente.
El estado de alarma decretado el 14 de marzo en España, prorrogado varias veces, terminará el 21 de junio, cuando se hayan suavizado las restricciones más drásticas de movimiento de personas y de actividades económicas.
Y el Ejecutivo, que dirige el socialista Pedro Sánchez, regulará el martes próximo las medidas de prevención, contención y coordinación para mantener controlada la epidemia a partir de ese momento, mientras no se declare el fin de la crisis sanitaria oficialmente.
Algo más de la mitad de la población española, unos 24 millones de habitantes, se preparan para entrar el lunes próximo en la tercera y última fase del plan gubernamental de transición para recobrar la normalidad progresivamente en todo el país, aunque de manera desigual.
La región de Madrid y la ciudad de Barcelona y su área metropolitana avanzan de manera más pausada y entran en la fase 2, ya que son las zonas más afectadas por la epidemia.
Entre las que pasan a la fase 3, varias anunciaron hoy que permitirán los viajes entre provincias dentro de la propia región, como Galicia (noroeste), País Vasco (norte) y Andalucía (sur).
Las plazas, recintos e instalaciones taurinas al aire libre podrán reabrir desde la fase 2 y las discotecas y bares de ocio nocturno, desde la 3, pero con limitaciones de aforo en ambos casos, lo que dificulta la rentabilidad.
Y como signo de esa «nueva normalidad», los tres museos de pintura más importantes de España reabrieron hoy: el Prado, el Reina Sofía y el Thyssen, en Madrid. Eso sí, con fuertes medidas de seguridad sanitaria, como mascarilla obligatoria, y aforo reducido.
REFUERZO SANITARIO
El Ministerio de Sanidad comunicó hoy un muerto más por coronavirus con respecto al día anterior, con lo que el total oficial de fallecidos es de 27.135. Además, los diagnósticos por pruebas PCR aumentaron en 164 en 24 horas y llegan a 241.310.
Sin embargo, Sanidad insta constantemente a mantener la vigilancia frente a cualquier rebrote, según aumentan las relaciones sociales, y efectuar rápidamente las pruebas de diagnóstico de cualquier caso sospechoso, sobre todo en la atención sanitaria primaria.
Según las propuestas que el Gobierno presentará mañana a las regiones, éstas deberán garantizar recursos humanos suficientes y elaborar planes de contingencia que permitan contar en un plazo máximo de cinco días con entre 1,5 y 2 camas de cuidados intensivos y entre 37 y 40 para enfermos agudos por cada 10.000 habitantes.
La avalancha de enfermos graves durante las primeras semanas del estado de alarma colapsó varios hospitales.
La mascarilla seguirá siendo obligatoria para los mayores de seis años en la vía pública, espacios al aire libre y cerrados de uso público y en los medios de transporte colectivo cuando no sea posible una distancia física entre personas de entre 1,5 y 2 metros para evitar el contagio.
El incumplimiento de esta norma será una infracción leve sancionada con hasta cien euros (unos 110 dólares).
Los fabricantes y comercializadores de medicamentos esenciales para tratar la enfermedad deberán garantizar el abastecimiento y deberá quedar asegurada la producción y disponibilidad de mascarillas y batas quirúrgicas y líquidos antisépticos.
La escasez o baja calidad del material de protección las primeras semanas de la epidemia fue causa de contagio entre gran cantidad del personal sanitario, denunciaron los sindicatos profesionales. Un total de 51.482 sanitarios se han infectado desde el inicio de la pandemia y 63 han muerto, de acuerdo con datos oficiales.
ATENCIÓN ESPECIAL A LAS RESIDENCIAS DE ANCIANOS
En las propuestas, el Gobierno español se fija especialmente en los centros de ancianos, que deberán presentar un plan específico de contingencia por COVID-19 para la identificación precoz de casos, la notificación inmediata y la activación de los procedimientos internos y de coordinación con el sistema sanitario.
Las residencias de mayores fueron un foco importantísimo de contagios y defunciones, ya que muchos murieron por falta de diagnóstico y de atención especializada.
Solo en la región de Madrid, 6.007 personas fallecieron desde el 8 de marzo por coronavirus en los centros de servicios sociales de carácter residencial: 1.268 son casos confirmados y los otros 4.739 corresponden a ancianos con síntomas compatibles con la enfermedad.
En cuanto a los centros de trabajo, deberán garantizar la distancia física de seguridad, con turnos organizados para evitar aglomeraciones.
Todos los centros laborales, educativos, establecimientos comerciales, residencias sociales y actividades de hostelería y restauración deberán adoptar medidas de limpieza y desinfección y proporcionar equipos de protección a los empleados.
Y los operadores de transporte deberán regular la oferta de plazas y el volumen de ocupación en los servicios públicos de viajeros por vía marítima, ferrocarril y carretera.
Por Jesús Lozano