Hong Kong, 8 jun (EFE).- Agentes de aduanas del Aeropuerto de Hong Kong se han incautado de un cargamento récord de 160 kilos de vejigas natatorias de pez totoaba, una especie en peligro de extinción, y han detenido a seis individuos en relación con el caso, informaron hoy los medios locales.
El valor de la carga -descubierta escondida en 15 cajas de espuma de poliestireno procedente de Los Ángeles la semana pasada- ha sido estimado en 25 millones de dólares hongkoneses (unos 3,22 millones de dólares o 2,85 millones de euros).
El superintendente superior y jefe de la oficina de investigación de crímenes sindicados del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales, Mark Woo Wai-kwam, informó de que desde 2002 sólo se habían incautado hasta el momento 37 kilos de vejigas de totoaba.
Endémica de las aguas del norte del Golfo de California, México, de la familia de las corvinas y carnívora, es una especie marina protegida que llega a medir hasta dos metros de largo.
Las propiedades de la vejiga o buche de la corvina blanca hacen que sea considerada un diamante del mar y que, entre los traficantes, se la conozca como «la cocaína’ acuática».
En la medicina tradicional china esta vejiga -que controla la flotabilidad del pez sin necesidad de esfuerzo muscular- es altamente codiciada por las capacidades medicinales y afrodisíacas que se le atribuyen.
En el mercado negro chino el kilo de este órgano puede llegar a alcanzar entre los 572 y los 2.283 dólares americanos para utilizarlo como objeto de colección, como regalo o incluso como inversión financiera.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito asegura que el buche de este pez cuesta más por gramo que el oro.
La totoaba está incluida en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.
La Ley de Protección de Especies Animales y Vegetales Amenazadas de Hong Kong establece que la importación, exportación o procesamiento de especies amenazadas sin licencia comporta una pena máxima de 10 años de cárcel y una multa de hasta 10 millones de dólares hongkoneses (1,29 millones de dólares, 1,19 millones de euros).