Los Ángeles, 8 jun (EFE News).- Por cerca de ocho años, el programa de la Acción Diferida para los Llegado en la Infancia (DACA) dio una nueva vida a más de 700.000 jóvenes indocumentados traídos a Estados Unidos cuando eran niños, para quienes una derrota en la Corte Suprema volvería a dejar «sin un futuro».
«Además de poder trabajar, sacar una licencia de conducir y otros beneficios, DACA me quitó el miedo a hablar sobre mi estatus», dijo a Efe el abogado Luis Cortés, beneficiario del programa.
Cortés, nacido en el estado mexicano de Michoacán, fue traído por sus padres a California cuando tenía dos años de edad. Creció en medio de una familia trabajadora sin entender que, al igual que sus padres, también era indocumentado. Hasta que quiso tramitar su licencia de conducir.
DACA literalmente le cambió la vida al permitirle poder ejercer su profesión de abogado de inmigración e incluso poder lidiar con los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
«Son pequeñas cosas que hicieron la diferencia y nos dieron un futuro», amplió Cortés.
DACA VS. ICE
Para este beneficiario del programa federal puesto en marcha en 2012 por el entonces presidente Barack Obama, uno de los principales beneficios que recibieron los amparados de DACA ha sido sin duda la protección contra la deportación.
La medida detuvo todos los procesos de expulsión contra estos beneficiarios y dio herramientas para poder pelear muchos casos en los juzgados, en especial desde que entró a la Casa Blanca el presidente Donald Trump, cuyas estrictas políticas migratorias ha llevado a la detención de varios beneficiados.
Desde febrero de 2018, Cortes defiende al mexicano Daniel Ramírez Medina, quien es considerado el primer «soñador», como se conoce a los beneficiarios de DACA, detenido por ICE tras la llegada de Trump al poder.
«DACA nos dio los argumentos para pelear en corte», manifestó Cortes.
TRABAJAR SIN MIEDO
El programa, cancelado en septiembre de 2017 y cuyo futuro desde entonces se empezó a dirimir en los juzgados, también permite otorgar un permiso de trabajo a los beneficiarios.
Desde que se inició la batalla legal, los defensores de los indocumentados y de DACA han impulsado decenas de campañas de renovación para ganar tiempo en caso de una decisión negativa a cargo del Supremo.
«Podían obtener dos años más de permiso de trabajo, por eso este fin de semana aún estamos mandando renovaciones. Es una carrera contra lo que diga el Tribunal», dijo a Efe el abogado de inmigración Fernando Romo.
UN NÚMERO PARA TODA LA VIDA
A la lista de beneficios que el programa ha aportado a los cerca de 830.000 jóvenes que alcanzaron a estar protegidos, Romo destaca la adjudicación del número de seguro social, esencial para abrir una cuenta bancaria, tramitar un crédito, declarar impuestos, entre otras muchas actividades.
Romo recuerda que una vez asignado, el número le pertenece al inmigrante toda la vida.
«Parece algo pequeño pero para un indocumentado este número es muy importante, es un peldaño más cerca a la legalización», insistió el abogado.
EL INGRESO LEGAL
DACA también permitió a los beneficiarios poder salir del país por razones educativas o por una emergencia justificada a través de un tramite con el Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS), conocido como «advance parole».
Para el profesor de la Universidad Estatal de Long Beach, California, Armando Vázquez Ramos, este permiso de salida representó un «parteaguas» en la inclusión de estudiantes indocumentados en los proyectos estudiantiles en el exterior.
Con su Proyecto California México, Vázquez Ramos logró llevar a más de 200 «soñadores» a viajes de varias semanas a México.
«Queríamos que regresaran a su país, que conectaran con sus raíces, con su familia a la que no habían visto por décadas, y logramos cosas estupendas», señaló el catedrático.
Sin embargo, la cancelación de DACA por el gobierno de Trump, luego obstaculizado en las cortes, canceló estos permisos de viaje en vista de que los magistrados federales que restauraron el amparo mantuvieron la restricción al «advance parole».
Vasquez Ramos ha encabezado en estos casi tres años una batalla para que se restaure estos permiso de viaje.
Romo explica que el permiso de salida y entrada del país representó para miles de beneficiados de DACA una vía a la residencia permanente.
Y es que cuando los «soñadores» regresaban al país protegidos con un advance parole, los inmigrantes ingresaban de forma legal, lo que permitía poder completar peticiones familiares sin tener que salir del país, o pedir un perdón.
«Incluso pudimos argumentar que los soñadores no tenían presencia ilegal en el país», señaló el abogado.
El programa también ha permitido a centenares de «soñadores» a acceder a prestamos estudiantiles estatales y, en una gran cantidad de estados, acceder a una licencia de conducir.
«Esperemos que los jueces hayan considerado todo lo que está en juego», señaló Cortés.
El fallo de los nueve jueces sobre el fin o permanencia de la protección puede ser divulgado en cualquier momento antes de que acabe este mes.