México, 8 jun (EFE).- Un centenar de personas, la mayoría encapuchados, se movilizaron este lunes en Ciudad de México para reclamar justicia ante la violencia policial en el país, unas manifestaciones en las que se registraron destrozos en el mobiliario público y varios locales comerciales.
Los manifestantes recorrieron la emblemática Avenida Paseo de la Reforma del centro de la capital, desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo capitalino, en reclamo, según las convocatorias en redes, de justicia en casos como el de la muerte de Giovanni López y la agresión por parte de las autoridades contra una joven el pasado viernes.
La joven, identificada como Melanie, fue golpeada durante una marcha en Ciudad de México por la muerte a manos de la Policía de Giovanni López tras haber sido detenido supuestamente por no llevar cubrebocas.
Durante la marcha, a diferencia de la ocurrida el pasado viernes, no hubo enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, que se mantuvieron al margen y no aparecieron en las protestas más que para evitar -con éxito- que el grupo accediera a la calle Madero, la vía principal del centro histórico capitalino, que estaba cortada.
Los encapuchados emitieron amenazas a los medios de comunicación presentes indicando que no grabaran e incluso tiraron piedras y rociaron con extintores y espráis de pintura a camarógrafos y fotógrafos.
Por esto y por la falta de pancartas o banderas que facilitasen la identificación de colectivos organizadores y la negativa de los participantes a hablar públicamente, los medios de comunicación no lograron conocer los reclamos de la marcha y se tuvieron que mantener alejados de los núcleos más violentos.
Asimismo, los manifestantes entraron a saquear sucursales bancarias, comercios de alimentos y algunos otros locales comerciales, además de derrumbar las vallas que protegían edificios como el Palacio de Bellas Artes o el edificio Guardiola, propiedad del Banco de México.
Sin embargo, tras llegar al Zócalo capitalino la marcha se fue dispersando después de que algunos integrantes pidieran que no se cometiesen más saqueos.
Tampoco llegaron a intentar tumbar las vallas que protegían el Palacio Nacional para acceder al mismo, ni emitieron ningún manifiesto aclaratorio sobre sus intenciones o los reclamos de a marcha.
Durante el recorrido estuvieron presentes el colectivo Marabunta, miembros de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de la ciudad y algunos funcionarios del Gobierno capitalino que, aunque no frenaron los destrozos, lograron evitar enfrentamientos.
POR MELANIE Y GIOVANNI
La marcha fue consecuencia de la agresión policial hacia Melanie, que recibió golpes en el cuerpo y en la cabeza el viernes pasado, por Giovanni López y por los detenidos en Guadalajara (oeste) durante las manifestaciones contra la violencia policial la semana pasada.
La muerte de Giovanni se conoció un mes después de que sucediese y tras ser difundido un vídeo en redes que muestra el arresto violento del albañil de 30 años por parte de la Policía del municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos – a unos 40 kilómetros de Guadalajara-.
Las redes sociales se inundaron desde entonces de mensajes condenando los hechos bajo la etiqueta #JusticiaParaGiovanni, emulando la protesta en Estados Unidos por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de policías.
Organizaciones como Terremoto Feminista condenaron la vulneración de los parámetros relacionados con los derechos humanos de la juventud.
«En Ciudad de México existe la Ley de Derechos de las Personas Jóvenes pero no está siendo contemplada ni operada. Su capitulado respecto a seguridad implica no usar la fuerza policíaca», dijo a Efe la portavoz Rosa Salazar.
Por su parte, la red Políticamente Incorrectas manifestó a Efe su condena a la represión policial reciente, que «muestra el abuso sistemático de la fuerza policial cuando tendrían que estar garantizando la seguridad de ciudadanas y ciudadanos», según Blanca Juárez, activista del colectivo.
Asimismo, aunque aseguró que desde su agrupación no defienden la violencia como vía para lograr el cambio, entienden «que la rabia se acumula y hay un punto en el que explota».
Al finalizar la marcha, un grupo se desmarcó del contingente principal y acudió a las instalaciones de la Fiscalía General de Justicia de Ciudad de México, donde con piedras y palos rompieron los cristales de la dependencia .