México, 10 jun (EFE).- La Ciudad de México, foco rojo de la pandemia de COVID-19 en México con más de 32.000 casos y casi 4.000 muertos, sigue sin comenzar su reapertura económica debido al incesante número de contagios, por lo que anunció este miércoles un plan de detección epidemiológica imprescindible para la reactivación.
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, presentó el programa de detección, protección y resguardo de casos COVID-19, que comenzará esta semana y de manera más potente a partir del 15 de junio.
Esta era la fecha en la que se esperaba en la capital mexicana un comienzo de la desescalda, pero las condiciones no han acompañado ese objetivo.
«Lo que se busca es seguir disminuyendo los contagios en la ciudad mediante una estrategia distinta», dijo Sheinbaum en rueda de prensa virtual.
Recordó que conforme se abran las actividades «van a ir saliendo más personas de las casas» y por ello es necesario mejorar la vigilancia epidemiológica.
Sheinbaum explicó que entre los objetivos del programa están salvar vidas, identificar tempranamente casos que puedan volverse graves y cortar cadena de contagios y detectar y aislar a personas sintomáticas y asintomáticas.
Además, se buscará mejorar la identificación de casos mediante el incremento de pruebas, y esta sería la principal novedad.
El titular de la Agencia Digital del Gobierno de la capital mexicana, Eduardo Clark, dijo que se buscan «llevar a cabo cerca de 100.000 pruebas cada mes, a partir de julio» para el rastreo de contactos.
Recordó que junio será un mes de transición y el incremento de ese tipo de pruebas diarias pasará de 1.000 en junio a 2.700 en julio y en los siguientes meses.
LA METRÓPOLI SIGUE EN COLOR ROJO
Sheinbaum apuntó que el semáforo en la ciudad sigue en rojo -lo que al momento solo contempla que haya actividades esenciales- y dijo que el programa acompañará al plan durante ese color, «de tal manera que cuando se abran distintas actividades económicas tengamos un menor nivel de contagio en la ciudad», apuntó.
Señaló que el objetivo «es ir balanceando» entre el regreso a algunas de las actividades, en la etapa de nueva normalidad, con una atención mucho más detallada y más vigilante de las personas que pueden tener COVID-19 y de sus contactos.
«De esta forma pasamos del resguardo de toda la población, conforme abran los semáforos, a un sistema epidemiológico que nos perita disminuir los contagios y atender a las personas», expuso.
El discurso de Sheinbaum coincidió con el del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien este día reiteró que el reinicio de operaciones de actividades no esenciales en el país «será paulatino, cuidadoso y en cumplimiento de los protocolos» de la Secretaría de Salud.
«Tenemos que ir abriendo con cuidado, siguiendo los protocolos de salud», dijo el mandatario en su tradicional conferencia matutina.
Indicó que así como se abrieron en junio la construcción, la minería y la industria automotriz -al ser añadidas al grupo de actividades esenciales- se debe «ir poco a poco con otras ramas de la economía, el turismo, en su momento restaurantes, los centros comerciales».
A fin de «ir abriendo poco a poco con las recomendaciones de los especialistas en salud e ir saliendo», puntualizó el mandatario.
Además, López Obrador destacó que México perdió menos de 350.000 empleos formales en mayo, en comparación con los más de 555.000 desaparecidos en abril, según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que el viernes presentará la cifra oficial.
GOBIERNO VERSUS OPS
El martes, el Gobierno mexicano anunció nuevas actividades permitidas en su plan de la «nueva normalidad», como hospedaje y algunas actividades recreativas, por ejemplo en parques, al afirmar que la epidemia de COVID-19 «va hacia la baja».
Señaló que a partir de ahora se permitirá la operación de hoteles a un nivel de 25 %, restaurantes con servicio a domicilio, servicios de peluquería a domicilio, parques al 25 % sin acceso a áreas infantiles, supermercados al 50 % con una persona por familia y partidos deportivos a puerta cerrada.
Estas actividades, aclararon las autoridades sanitarias, se permitirán aunque el semáforo del Gobierno esté en rojo, que indica el máximo nivel de riesgo de los cuatro colores establecidos por el Ejecutivo para definir los sectores autorizados en los 32 estados.
Pero ese anuncio fue muy distinto al de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que advirtió el martes que México avanza a su «máximo apogeo» en la pandemia del coronavirus por lo que el Gobierno y la población no pueden bajar la guardia en esta nueva fase hacia la «nueva normalidad».
Hasta este martes, la Ciudad de México registraba 32.256 casos confirmados, 3.891 casos activos, 9.065 sospechosos y 3.941 defunciones, además de 9.905 pacientes recuperados.
Mientras que México suma más de 124.000 casos y 14.649 fallecidos, siendo ya el séptimo país a nivel mundial por número de muertos, según el recuento de la Universidad Johns Hopkins.