La Paz, 15 jun (EFE).- El Gobierno transitorio de Bolivia garantizó este lunes que no habrá una intervención «de fuerzas civiles, policiales, ni militares» a la residencia oficial de México en La Paz, a la vez que pidió al país norteamericano que mantenga su colaboración para evitar una fuga de exautoridades de Evo Morales «asiladas» en la sede diplomática.
«Se ha difundido información errada de que las fuerzas policiales de Bolivia estuvieran preparando una intervención de la residencia para arrestar a estas personas», aseguró la Cancillería bolivia sobre lo ocurrido este pasado domingo.
La Cancillería de Bolivia ratificó en un comunicado «su apego y respeto a las convenciones internacionales que garantizan la inviolabilidad de oficinas y residencias diplomáticas».
«En cumplimiento de estas normas, por ningún motivo podría ocurrir una intervención de fuerzas civiles, policiales, ni militares a la Residencia de la Embajada de México», señala el boletín.
Bolivia reiteró su «confianza sobre el compromiso de las autoridades diplomáticas mexicanas», que en su historia «jamás se ha permitido la salida no autorizada de personas refugiadas en sus sedes diplomáticas y que ello no ocurrirá en Bolivia».
El comunicado aclaró que es el Ministerio de Gobierno (Interior) el que se encarga de las acciones de fuerzas policiales «para prevenir cualquier intento de fuga por parte de las personas asiladas que eventualmente intenten burlar la seguridad de los gobiernos de México y Bolivia han comprometido para este caso».
El domingo la Embajada mexicana en Bolivia indicó en Twitter que se registró un «movimiento policial inusual» alrededor de la residencia diplomática y que en comunicación con la Cancillería boliviana aseguraron la integridad del recinto.
La residencia mexicana acoge desde noviembre a varios exministros de Evo Morales y otras exautoridades que esperan un salvoconducto para salir de Bolivia, algunas con órdenes de aprehensión acusadas por supuestos delitos como terrorismo y sedición.
El viceministro interino de Seguridad Ciudadana, Wilson Santamaría, señaló el domingo que el despliegue policial es parte de «operaciones rutinarias de seguridad», mientras que la defensora del Pueblo transitoria, Nadia Cruz, lo calificó como un nuevo «asedio».
Los operativos policiales alrededor de la residencia diplomática son motivo de queja por parte de México, cuyas relaciones con el Gobierno interino de Bolivia están deterioradas desde que el país norteamericano acogió a Morales en noviembre pasado, tras anunciar su renuncia denunciando que era forzado a dejar el poder por un supuesto golpe de Estado para derrocarlo.
Además de que un grupo de gente mantuvo desde entonces y hasta hace unos días una «vigila» en el acceso a la sede diplomática, con el argumento de evitar esa posible fuga.