México, 16 jun (EFE).- La Central de Abasto de Ciudad de México, considerado el mercado de alimentos más grande del mundo y una zona roja por los posibles contagios del coronavirus SARS-CoV-2, tiene un módulo inaugurado este martes para fomentar la detección temprana de COVID-19 tras padecer un grave brote.
Este mercado abastece a la capital y al centro del país y recibe alimentos perecederos del campo de prácticamente todo México, por lo que los esfuerzos de sus trabajadores están siendo enormes en una época tan compleja como la actual y después de haber vivido uno de los peores brotes de la capital.
Para muchos, no acudir a su puesto de trabajo no es una opción, pues viven al día y, si no trabajan, no tienen con qué comprar comida u otros artículos de primera necesidad.
«Estamos en una epidemia que empezó en un mercado y en México los mercados son un elemento fundamental. Hay una dinámica económica, social y cultural muy importante, por lo que entender a México sin los mercados es no entender a México», explicó a Efe la doctora Andrea González, directora de Clínica Condesa y coordinadora de la nueva unidad de triaje del mercado.
El pasado 5 de junio, personal médico empezó a hacer pruebas y evaluar síntomas de trabajadores de la central, dentro de la nueva estrategia por la que se decantó la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien anunció el pasado 10 de junio que la detección temprana mediante pruebas sería clave para controlar el avance del coronavirus.
Sobre todo, expresó la mandataria entonces, es necesario atender a la prevención y aumentar el número de pruebas realizadas.
Ello en un momento en el que, aunque la ciudad permanece en semáforo rojo -solo son permitidas las actividades consideradas esenciales- pero ya se está avanzando hacia la reapertura de más actividades productivas.
Por otra parte, la doctora González recordó la importancia de eliminar la discriminación hacia las personas sospechosas de estar contagiadas y de ofrecer información a los trabajadores.
En este caso, alrededor de 100 personas a diario están pasando por el módulo de la central, lo que demuestra, explicó la especialista, que la estrategia está funcionando.
Y solo de esta manera, mediante la información, «se puede reducir al máximo el impacto de un caso positivo», aseguró.
INCOMBUSTIBLE PESE AL BROTE
La Central de Abasto, que no ha dejado de trabajar a toda velocidad desde el inicio de la pandemia a pesar de la reducción de clientes, ha logrado resistir ante uno de los brotes más grandes que ha padecido la capital, y del cual no se han dado cifras concretas.
Este brote, explicaron este martes varios representantes de la Central de Abasto, amenazó la viabilidad de este mercado cuando se empezaron a dar contagios y en todos los pasillos había algún puesto cerrado porque su dueño estaba hospitalizado.
«Es un espacio que fue altamente afectado, que resistió. Pero insistimos en que hay que comprender que la persona que tiene diablo (carrito para transportar mercancía) y recorre todo el mercado es igual de riesgosa que el dueño de un local», sentenció la doctora.
Las personas que acudan al módulo de la Central de Abasto y presenten síntomas o den positivo a la prueba, serán trasladados al Centro Citibamanex, un recinto de eventos que se transformó en hospital provisional el pasado 27 de abril gracias a la aportación de 16 fundaciones y empresas.
De acuerdo a la información más reciente aportada por la Secretaría de Salud, México contabiliza 150.264 casos confirmados de contagios y 17.580 fallecimientos.
En la Ciudad de México, la zona más afectada del país, los datos más recientes contabilizan 37.503 contagios y 4.664 defunciones.