México, 18 may (EFE).- Un pequeño perro pug de 3 años ha sido una herramienta fundamental para ayudar a aliviar el estrés y la ansiedad que padecen los profesionales de la salud, debido a las extenuantes jornadas y las muertes que tienen que enfrentar a diario ocasionadas por el coronavirus SARS-CoV-2.
Dos pares de botas, unas gafas de protección y un pequeño impermeable color verde son el uniforme de este can llamado Harley, quien al menos cada tercer día visita al personal que trabaja en el Centro Médico Nacional «20 de Noviembre», uno de los hospitales públicos destinados a atender a pacientes afectados por el COVID-19.
Su trabajo es acompañar en estos momentos al personal de salud que, de acuerdo con la doctora Lucía Ledesma Torres, dueña del perro y responsable de la terapia canina del nosocomio, ha incrementado las consultas por agotamiento psicológico, trastornos del sueño, ansiedad y síntomas de desgaste físico y laboral, «mejor conocido como Burnout».
La terapia con animales es una herramienta que se ha vuelto popular en algunos hospitales, incluso en el 20 de noviembre, se usa en el área de oncología pediátrica, pues ayuda a los pacientes a reducir sus niveles de ansiedad, angustia o depresión.
UN PERRO PARA SOPORTAR EL ESTRÉS
En charla con Efe, la especialista señaló que la salud mental es un tema «históricamente olvidado», especialmente en los profesionales de la salud.
Sin embargo, en situaciones de crisis colectiva es cuando se hace más patente la importancia de tener estrategias preparadas para atender este tipo de trastornos.
Y aseguró que, especialmente en la batalla contra el coronavirus, que en México suma ya más de 49.000 casos y 5.177 fallecidos, el personal médico ha sido víctima de importantes afectaciones psicológicas.
Es aquí donde Harley «El Tuerto», un perrito que perdió un ojo en un accidente hace poco más de un año, ha jugado un papel fundamental, pues desde febrero comenzó su trabajo como coterapeuta en el hospital para contrarrestar un poco los efectos del estrés psicológico de doctores y enfermeras por el temor al contagio o por estar alejados de sus familiares.
«Las respuestas que observamos han superado nuestras expectativas. Esperábamos una respuesta favorable pero no al nivel que está teniendo. El personal reacciona con sorpresa, curiosidad, juegan con él, hacen videollamadas con sus familiares y eso les hace sentir cercanía. Es un efecto inmediato», acotó.
SU PROYECTO MÁS COMPLEJO
El trabajo de Harley, que empieza sus días laborales a las 5 de la mañana, consiste en otorgar minutos de convivencia afectiva, dejarse cargar, acariciar y mimar por enfermeras, camilleros, paramédicos y médicos que lo deseen.
La especialista en neuropsicología, psicología clínica y psicopatología, explicó que el can llega al hospital previo a que empiecen los turnos laborales, pues es justo en esos momentos cuando se ha detectado que existen mayores niveles de estrés en el personal.
Sin embargo, para poder dar este tipo de terapias, la doctora Ledesma explicó que los animales deben tener ciertas características como un carácter afable, permitir la proximidad física, ser bien portados, que aprendan rápido y que disfruten del contacto social continuado.
Pese a que Harley tiene ya casi tres años de experiencia dando terapias a personas con afectaciones psicológicas y psiquiátricas, la doctora Ledesma reconoció que este ha sido su proyecto más complejo «debido a las características de la pandemia» por lo que tuvo que recibir un entrenamiento especial.
Sin embargo, a decir de la especialista, el can ha logrado que desde que inició con sus trabajos «haya una bajada de sintomatología ansiosa y del estrés» en el personal del nosocomio.
Por ello, no descartó, en algún momento, replicar este tipo de terapias en otros hospitales, aunque reconoció que es algo complejo pues se requiere de un equipo interdisciplinario, además de animales que tengan las características como las de Harley, quien a su manera se ha convertido ya en un héroe contra la pandemia.