México, 19 may (EFE).- Expertos aseguraron a Efe este martes que un mal trabajo de los futbolistas durante el confinamiento por la pandemia de la COVID-19 podría generar trastornos que perjudiquen la parte física a la hora de reanudar competencias.
«Durante el confinamiento los futbolistas sufren trastornos de sueño y alimentación. A nivel físico tiene una repercusión porque si no cuidan su higiene de sueño y de alimentación estarán propensos a lesionarse; el que maneje mejor las rutinas y el enfoque mental va a salir más sano», explicó la psicóloga del Puebla, Claudia Rivas.
La especialista mencionó que los deportistas se encuentran en la incertidumbre por no saber cuándo regresarán a jugar, ni en la forma física y técnica en que lo harán.
«El atleta de alto rendimiento está acostumbrado a remar contra la corriente, ha llegado a ser profesional porque superó obstáculos», manifestó Rivas.
El psicólogo deportivo Miguel Fritz recomendó que los problemas de descanso, alimentación e incertidumbre se podrían controlar con un uso efectivo del tiempo.
«El futbolista debe tener orden en su día con un horario específico para entrenar, otro para comer las cantidades de comida acostumbradas y para dormir. También deberán de mantenerse ocupados mentalmente para no aburrirse», agregó.
En la parte física, el kinesiólogo argentino Luis Fossati, con experiencia en el Guadalajara y el Atlas, expuso que para evitar lesiones se deberá hacer una evaluación de las condiciones en cómo llega el jugador en lo muscular y nutricional.
«Ahí vas a saber quién fue profesional durante el confinamiento y siguió las indicaciones del cuerpo técnico. Se tiene que evaluar si a las cadenas musculares les falta elasticidad, si hay desequilibrios musculares o pérdida de fuerza y trabajar sobre ello», comentó.
Vicente Espadas, preparador físico con experiencia en la selección mexicana, indicó que antes de volver a competir, se deberían trabajar tres semanas en una especie de pretemporada.
«Después de evaluar cómo llegan los futbolistas, habría que dividirlos en grupos en cuestión a su estado físico para saber quién necesita más trabajo de fuerza o resistencia. Todos se debe basar en planificación y tareas especializadas», apuntó.
Espadas planteó que ante la posibilidad de jugar más de un partido a la semana para finalizar el torneo en un lapso corto, los equipos deberían tener un plantel con 23 jugadores de campo que puedan rotar.
«Al final todo se va a definir en cuánto el futbolista se cuidó durante el confinamiento. Es muy difícil que haga lo mismo que en el club. No todos cuentan con gimnasio o caminadora en sus casas. Cada uno tendrá que ser consciente de lo que trabajó», concluyó Espadas.
El fútbol mexicano se detuvo el pasado 15 de marzo y al momento no hay una fecha para su reanudación.