Naciones Unidas, 20 may (EFE).- La pandemia del coronavirus puede provocar este año la primera bajada en la historia del Índice de Desarrollo Humano (IDH), un indicador que elabora la ONU desde 1990 para medir el progreso global en educación, salud y estándares de vida.
Hasta ahora, ninguna crisis en los últimos 30 años había hecho retroceder el IDH a escala mundial, pero eso se acabará previsiblemente en 2020, según un informe presentado este miércoles por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Entre otras cosas, el PNUD espera que se frene el progreso en materia de esperanza de vida, con el COVID-19 habiendo causado ya más de 300.000 muertes directas y haciendo que miles de niños puedan morir indirectamente y por causas prevenibles durante los próximos meses.
«Las estimaciones que tenemos por efectos indirectos de esta crisis nos dicen que entre 250.000 y más de un millón de niños menores de cinco años podrían morir. ¿Por qué? Porque no están recibiendo la atención que necesitan», explica a Efe Heriberto Tapia, investigador senior del PNUD y uno de los autores del informe.
El cierre de las escuelas es otro de los factores que lastrarán los progresos en materia de desarrollo, dado que pese a los esfuerzos para mantener la educación a distancia, muchos alumnos no tienen acceso a internet, sobre todo en los países con menos recursos.
Según los cálculos del PNUD, alrededor de un 60 % de los niños de primaria no está recibiendo educación ahora mismo, un nivel no visto desde los años 80.
A todo ello se suma una dura recesión económica, con una caída de cuatro puntos porcentuales en el Producto Interior Bruto (PIB) per cápita a nivel global.
«Es una crisis que nos golpea en los distintos frentes y por esto es que esta vez, por primera vez desde que el concepto fue creado para el mundo en su conjunto, vemos una caída sin precedentes», señala Tapia.
Este experto destaca el rápido avance de esta «crisis multisistémica» y, también, la importante incertidumbre que hay por delante, dado que es «razonable suponer que los problemas van a continuar» como mínimo durante la segunda mitad del año.
La respuesta, subraya Tapia, es además mucho más compleja que en anteriores shocks, por ejemplo crisis económicas para las que había recetas asentadas como paquetes de ayuda para estimular la economía.
«En este caso eso no necesariamente funciona, porque no podemos estimular la economía si al mismo tiempo les estamos pidiendo a las personas que se queden en la casa por la salud. Hay restricciones adicionales en esta crisis que la hacen ser especialmente dañina para el desarrollo humano», apunta.
Aunque el informe no ofrece un análisis específico por regiones, Tapia apunta que Latinoamérica se está viendo muy golpeada por la crisis, con una «recesión muy significativa» y países con un gran número de casos de coronavirus, como Brasil.
Además, en materia de educación, la fuerte desigualdad en la región se hace notar, con alumnos que han podido continuar con sus clases y otros que no tienen ningún acceso.
Los casos globales de COVID-19 confirmados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) alcanzaron los 4,69 millones, mientras que los fallecidos son 315.131.