México, 22 may (EFE).- Las cifras de muertos por el COVID-19 están en el centro de la polémica en México. Las autoridades han admitido que hay un subregistro de decesos pero eluden dar estimaciones, mientras algunas investigaciones han señalado que los fallecidos en la capital triplican el dato oficial.
Hasta el momento, el país acumula 6.510 fallecidos y más de 59.500 contagiados del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19, siendo Ciudad de México el foco rojo de la pandemia, con 16.758 casos confirmados y 1.754 muertos.
¿CÓMO SE CUENTAN LAS CIFRAS OFICIALES?
Los datos de decesos actualizados a diario por el Gobierno federal consideran casos de COVID-19 aquellos que pudieron ser confirmados por la prueba diagnóstica en laboratorio.
Sin embargo, en las directrices emitidas para personal médico para rellenar actas de defunción cabe la posibilidad de señalar la «probable» causa de COVID-19 si el paciente coincidía con los síntomas (fiebre, tos, dificultad para respirar) pero no se había logrado hacerle la prueba.
México es el país de la OCDE que menos tests realiza, puesto que las autoridades decidieron centrar sus esfuerzos en los casos graves que llegan a los hospitales en lugar de estudiar a toda la población.
Eso ha comportado que el porcentaje oficial de gente que fallece sea elevado, del 9 %.»Si solo confirmamos con pruebas a los casos más graves, naturalmente la letalidad tiene que ser alta», contó a Efe el doctor Malaquías López, profesor de Salud Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Pero también ha abierto el interrogante de cómo contar a la gente que falleció en casa o llegó demasiado tarde al hospital.
¿EXISTE UN SUBREGISTRO DE FALLECIDOS?
El pasado 8 de mayo, varios periódicos internacionales como el The New York Times publicaron en diferentes reportajes que el número real de decesos es muy superior a la cifra oficial en México.
Ante esto, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, funcionario encargado del combatir la pandemia, admitió que hay pacientes que llegan tan graves al hospital que fallecen sin pasar por la prueba.
Por tanto, «han tenido las condiciones clínicas sugerentes de COVID pero no quedan registradas como COVID».
Explicó que estos decesos son estudiados a posteriori por un comité científico que puede determinar que la muerte sí fue por coronavirus y por tanto poco a poco se sumarán a las estadísticas.
El funcionario no da mayor importancia a este subregistro, puesto que considera que tener la cifra total de muertos en tiempo real no es un dato necesario para diseñar la atención médica.
Por otro lado, puede que haya médicos que, pese a la directriz del Gobierno federal, no ponen en el acta de defunción la probable muerte por COVID-19.
«Ha habido discusiones fuertes en los hospitales porque hay quienes tienen el criterio de ‘si no tengo una prueba positiva, ¿cómo voy a aseverar en el certificado de que la muerte se debió a COVID?'», explicó el doctor Malaquías López.
¿CUÁNTOS MUERTOS HAY EN REALIDAD?
El Gobierno ha revelado que hasta la fecha hay 769 decesos sospechosos en el país de los que se pudo extraer una muestra que está pendiente de confirmación en laboratorio.
Sin embargo, no ha hecho pública ninguna estimación de gente que falleció con síntomas de COVID-19 sin que se les hiciera la prueba.
Una investigación de la ONG Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCC) reveló el lunes que entre el 18 de marzo y el 12 de mayo hubo solo en Ciudad de México al menos 4.577 actas de defunción con el coronavirus como causa demostrada o probable.
Entre esas fechas, el dato oficial de fallecidos confirmados en la capital era de 937.
«La mayoría de actas, 3.209, eran de defunciones por probable coronavirus pero que no se pudo confirmar, por lo que el subregistro alcanza tres veces lo reportado por los datos oficiales», contó a Efe Samuel Adam, investigador de MCCI.
Aunque las autoridades no han negado que tengan menos casos registrados de los que hay, para Adam esta investigación «nos deja ver un poco más la dimensión del fenómeno».
Por su parte, el doctor López opinó que en la capital mexicana «se ha visibilizado el problema» de una baja estimación de muertes, pero señaló que en el resto del país el fenómeno debe ser mayor dado que hay menos recursos.
¿CÓMO CORREGIR ESTOS DATOS?
Para atajar la polémica, la alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, del mismo color político que el Gobierno federal, anunció el 13 de mayo la creación de una comisión de científicos independientes que revisará las defunciones sospechosas.
Sheinbaum ha dicho abiertamente que hay más fallecidos de los confirmados y que los datos se darán a su debido tiempo cuando se hayan podido revisar.
Efe pidió una entrevista con la comisión de científicos sin que al momento haya recibido respuesta positiva a la petición por parte de las autoridades.
El doctor López señaló que «no se han dado a conocer los criterios para corregir los numeradores» y auguró que definir algunas muertes puede resultar muy complicado para la comisión.
«Por ejemplo, no sé qué harían si una persona tuvo un infarto. Puede estar relacionado con la infección COVID porque provoca una sobrecarga metabólica. Pero a su vez, solo se infarta una persona con obstrucción circulatoria», explicó.
Por su parte, Adam señaló que los certificados de defunción del registro civil ya no se pueden modificar sin la autorización de un juez.
«Los comités tendrán que determinar y saber si tendrán el poder de cambiar las actas de defunción porque es un trámite que solo el Poder Judicial podría realizar», concluyó.