Glasgow, 27 may (EFE).- Con sus pintadas de denuncia política y social y su intención de mantenerse en el anonimato, el artista The Rebel Bear se ha ganado el sobrenombre del «Banksy escocés». Su última incursión en las calles de Glasgow ha sido para rendir tributo a los sanitarios que combaten la COVID-19.
Como cada mañana -algo extraña como todas desde que solo abre para la recogida de pedidos-, Carol Wright se dirigió a su restaurante «Ubiquitous Chip», en la zona del West End de Glasgow, un pintoresco distrito de calles peatonales llenas de locales de ocio.
«Al llegar, uno de los empleados, que había venido muy temprano para abrir, me dijo que alguien había hecho un grafiti en la pared. Cuando lo vi supe que no era un grafiti, ya había visto algunos de sus trabajos en el West End y estoy encantada. Espero que se quede ahí para siempre», contó Wright a Efe.
A pocos metros, en una de las paredes del local, aparece la imagen en blanco y negro de una médico que, ataviada con mascarilla y guantes azul claro, hace el símbolo del corazón con las manos.
La dueña de este whisky bar, convertido ahora en tienda de alimentos, despacha a los clientes que, pese a la intensa lluvia, llegan para recoger cajas de fruta y verdura, mientras afirma que la acción del artista callejero ha atraído «a muchísima gente» que se acerca a verlo y tomar una foto.
El suyo es el único local abierto a lo largo de varias calles, lo que ha conseguido al cambiar el tipo de negocio.
«Trabajamos al día, pensando en qué podemos hacer y qué deberíamos estar haciendo, pero estamos saliendo de esto poco a poco. Mi negocio solía ser un whisky bar y lo hemos convertido en una tienda para la recogida y el envío a domicilio. Hacemos lo que podemos, pero siempre mirando hacia adelante y manteniendo el cartel de abierto», comentó.
El último trabajo de The Rebel Bear fue publicitado por él mismo en su cuenta de Instagram hace unos días.
«Dedicado a todos los trabajadores médicos que están en primera línea», declaró el autor junto a una instantánea de la obra.
En la misma publicación, el artista callejero anunció que el 20 % de la venta de esta imagen, a través de ilustraciones en su página web, se destina al NHS, el sistema nacional de salud del Reino Unido, y a la ONG Médicos sin Fronteras, a los que hasta ahora ha donado cerca de 700 euros.
El trabajo de este misterioso artista, que en redes sociales se identifica como un oso de color rosa que vive en una cueva, cubre desde la crítica política y al sistema capitalista hasta la alienación generada por Internet y las nuevas tecnologías.
Un lienzo sobre el Brexit que representa a la ex primera ministra británica, Theresa May, con los ojos vendados y paseando a un perro con la bandera del Reino Unido se puede adquirir por unos 360 euros, mientras que una lámina de su sucesor, Boris Johnson, Donald Trump y Kim Jong-un retratados como bebés ronda los 78 euros.
EL MURAL DE LA POLÉMICA
También en el West End, que hasta hace menos de tres meses era el barrio de moda para salir a tomar algo en Glasgow, se encuentra otro de los trabajos de The Rebel Bear dedicados a la pandemia del coronavirus. Sin embargo, este ha generado controversia por hallarse en la zona residencial del barrio, formada por bonitas casas de piedra con jardín.
El mural, que muestra a un chico y una chica retirándose la mascarilla del rostro para darse un beso, está plasmado sobre la fachada de un bloque de pisos.
Fue el primero que apareció y fue anunciado así por el artista en Instagram: «Llegará el momento en que las mascarillas podrán bajarse, las fronteras reabrirán y las conexiones se retomarán; esperemos que más fuertes que nunca. Mucho amor y manteneos a salvo».
En los últimos días, alguien ha escrito sobre el dibujo la palabra «Shit» (‘mierda’ en inglés) y ha rallado la cara de la pareja y la firma del autor en un claro gesto de protesta.
Uno de los vecinos del bloque, que prefiere no revelar su nombre, afirmó a Efe que le gusta el mensaje de «esperanza» que transmite, pero no está de acuerdo en que se haya realizado sobre la pared de una casa particular.
«Este es un barrio residencial, tranquilo, y desde hace un par de meses cuando apareció el dibujo, ha habido muchas pintadas», indicó en alusión a una serie de letras y garabatos realizados en un lateral del edificio.
LA CONDENA DEL VIRUS
Una fina lluvia sigue cayendo sobre el centro de Glasgow, por el que apenas transitan algunos autobuses prácticamente vacíos debido al cierre de todos los establecimientos, ya que en Escocia todavía se mantienen las estrictas normas de confinamiento.
Allí, en la calle Bath Street y sobre la fachada de lo que una vez fueron los grandes almacenes BHS, fundados en los años veinte del siglo pasado y quebrados en 2016, The Rebel Bear ha instalado otra de sus piezas sobre la COVID-19.
Se trata de «Lockdown» (confinamiento) y representa a un hombre, siguiendo el estilo de blanco y negro, que intenta caminar, pero que se ve impedido por una gran partícula de coronavirus verde encadenada a su pie derecho, que alude a la frustración que ha generado el virus por haber paralizado las vidas de todos.
Junto a la imagen, aunque sin dañarla como en el caso anterior, algún espontáneo ha escrito, con tiza azul, «Capitalism sucks» (El capitalismo apesta).
EL «BANKSY ESCOCÉS»
Ante las constantes referencias que comparan su estilo con el del artista británico Banksy, cuyas obras son mundialmente conocidas, The Rebel Bear ha confesado sentir admiración.
«Siento que sigo mi propio camino», afirmó en declaraciones recientes a la BBC, «dicho esto, me siento privilegiado por ser etiquetado como el ‘Banksy escocés'», precisó.
Reconoció que bebe del trabajo de Banksy y de otros artistas callejeros como el parisino Blek le Rat, ya que, como en el caso de estos, su principal motivación es «hacer que la gente piense y, con suerte, provocar una sonrisa».
Remei Calabuig