México, 28 may (EFE).- El Premio Nobel mexicano Mario Molina consideró este jueves como un retroceso que el Gobierno de su país regrese al uso de combustibles fósiles como parte de su nueva política eléctrica que limita la generación de energías renovables.
Además, manifestó que es necesario transformar la economía mexicana en una de bajo carbono, algo que el país tendrá que hacer tarde o temprano.
«Retroceder es regresar a la energías fósiles, que ya está de acuerdo la sociedad en que eso es temporal y no las podemos parar de un día para otro porque eso sí nos saldría muy caro, pero ya tenemos que dejar de usarlas», dijo Molina en una videoconferencia de prensa.
«Es imperativo tener una transición hacia energías más limpias», añadió el Nobel de Química en 1995.
El científico explicó que «mientras más pronto lo hagamos será más barato» y conllevará más beneficios para la sociedad y los ecosistemas
En el inicio de la conferencia, Molina expuso que México ha sido históricamente «un país productor de petróleo, cuya economía se ha basado enormemente en este recurso», por lo que la transición hacia energías como la eólica, solar o nuclear, «debe acelerarse y complementarse con las realidades económicas del país».
HACIENDO CUENTAS
El investigador recordó que en noviembre de 2019 la Oficina de la Presidencia de México emitió un documento titulado «Haciendo Cuentas. Cuantificando los co-beneficios de la acción climática para el desarrollo sostenible en México».
El estudio cuantifica y ofrece evidencia concreta de los cobeneficios que se pueden obtener al implementar la agenda climática en coordinación con la agenda de desarrollo sostenible en México.
Ese documento, apuntó, se centra en cinco ejes: generación de electricidad con fuentes limpias, protección de bosques, tratamiento de aguas residuales, impulso a vehículos eléctricos y el desarrollo de la industria con mayor eficiencia energética.
En cuanto a la generación de electricidad, citó que alcanzar en el año 2030 el 43 % de participación de fuentes distintas a los combustibles fósiles, como se comprometió ante el Acuerdo de París, «no sólo disminuye la emisión de gases de efecto invernadero, sino que conlleva a beneficios adicionales en cuanto a salud pública, creación de empleos y seguridad energética del país».
BENEFICIOS
Molina afirmó que, si México cumple los compromisos de energías limpias para 2030, evitará la emisión de 370 millones de toneladas de CO2, equivalentes a 15 % de la reducción total requerida.
Y, aseveró, no incurrirá en costos sociales por 2.700 millones de dólares asociados al evitar unas 1.600 muertes prematuras
Además, incrementará el empleo en el sector eléctrico en 38 % y mejorará la seguridad energética en 17 % por la reducción en el consumo total de combustibles.
Para cumplir los compromisos, consideró necesarias acciones complementarias como ampliar y modernizar las redes de transmisión para evitar cuellos de botella y desarrollar sistemas de almacenamiento de energía para la intermitencia de fuentes sustentables.
El científico expuso que el reciente debate energético «denota los enormes retos que tenemos como sociedad en este sector», por lo que urge conciliar los diversos intereses y realidades entre la industria privada y el gobierno a favor de un bienestar socioambiental colectivo.
Este jueves, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, volvió a defender los recientes cambios en materia energética que pone límites a las renovables y a los particulares.
El 1 de mayo entró en vigor un acuerdo del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) que limitaba la generación de energías renovables y prohibía la emisión en pruebas de las centrales limpias que estuvieran por arrancar, una decisión que ya ha desatado una batalla legal.
En esa misma línea, dos semanas después, la Secretaría de Energía estableció un cambio en el criterio de despacho, arrinconando el criterio económico por uno nuevo de «confiabilidad» que creó confusión en el sector.