Javier Romualdo
Los Ángeles, 29 may (EFE News).- Autopistas desérticas, monumentos aislados y brotes de vegetación. La cuarentena del coronavirus ha permitido observar las ciudades de una manera completamente diferente, que varios fotógrafos latinoamericanos han retratado para la exposición digital «Ciudades Durmientes».
La muestra, del Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO) y Apple, recoge imágenes de ciudades como Nueva York y Ciudad de México tomadas con la cámara del iPhone que dan otra perspectiva del hormigón, la piedra, la naturaleza y la presencia humana.
«La ciudad se volvió una maqueta», describe el cineasta y fotógrafo Alberto Ferreras, uno de los integrantes de la exhibición, sobre su recorrido de Nueva York.
CIUDADES COMO UNA MAQUETA
La metropolis, una de las más afectadas por la pandemia, se vació completamente permitiendo retratar escenas que hasta entonces eran inimaginables como la plaza de Times Square completamente desértica, restaurantes de Wall Street sin empresarios o Central Park con apenas un par de paseantes.
«El titulo de la exhibición define muy bien las fotos que tomé, porque ni siquiera es dormida, sino durmiente -explica Ferreras-. Me sentí como en la ‘Bella Durmiente’, cuando el príncipe llega al palacio y encuentra todo congelado».
A lo largo de las próximas semanas, la web del MAMBO irá compartiendo nuevas instantáneas.
De momento, la enorme bandera solitaria en el Zócalo en Ciudad de México, las calles sin alma de Nueva York y un vacío Centro Histórico de Bogotá protagonizan el arranque de la exposición virtual.
PAUSA PARA OBSERVAR Y RETARATAR LA BELLEZA
Otro de los fotógrafos que participó en la iniciativa es el colombiano Andrés Oyuela, quien acostumbrado a fotografía modelos para revistas de moda se impuso el reto de retratar las calles de Nueva York, donde reside actualmente.
«Cuando quieres retratar de manera bella a una persona tienes que tomar el tiempo de observarla bien. Y en este caso pude ver tantos detalles de la ciudad que antes no se veían», opina.
Para el profesional, acostumbrado a trabajar con personas, el reto estaba en comunicar sin recibir retroalimentación de nadie, algo especialmente extraño en una ciudad vibrante y caótica como la Gran Manzana.
«Fui a los lugares que nunca visito cuando están llenos. Nueva York está tan llena de personas y culturas diferentes que no ves la ciudad, sientes la energía que genera -recuerda-. Pero los espacios tienen un montón de detalles ocultos por el ruido y el caos».
FOTOGRAFÍA DE BOLSILLO PARA COMUNICAR
Aun así, las escenas desérticas capturadas con dispositivos móviles pueden comunicar tanto como las palabras, definen ambos.
Como la foto de un guante de plástico sobre un charco en el que se reflejan los rascacielos.
«Comunica, politiza y genera discusión sobre lo que va a pasar y lo poco que vamos a cambiar», describo Oyuela.
Mientras que para Ferreras la comunicación con sus fotografías fue anterior: «Mis amigos reaccionaban de manera entusiasta a las imágenes, me sentí en la obligación de tomar fotos para mis aquellos que no podían salir».
Para debatir o sencillamente viajar en plena pandemia, la exposición del MAMBO es una de las primeras iniciativas artísticas dedicadas a esta realidad que ha tomado por sorpresa al mundo. EFE News
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