México, 30 may (EFE).- Los países latinoamericanos deben reforzar sus políticas públicas como impuestos, prohibición de publicidad y ambientes 100 % libres de tabaco, dijo a Efe el doctor Gustavo Sóñora, director Regional de La Unión Internacional contra la Tuberculosis y Enfermedades Respiratorias.
«Se han visto avances, pero aún hay deficiencias en la región», señaló Sóñora en el marco del Día Mundial sin Tabaco, que se celebra el 31 de mayo de cada año.
El especialista destacó que en los países de la región existe debilidad en la fiscalización y regulación de medidas y el principal obstáculo ha sido la industria tabacalera, que antepone sus intereses a la salud de las personas.
«No existe un punto en común entre los intereses de salud pública y de la industria tabacalera. Lo que es bueno para la salud pública es malo para la industria tabacalera y viceversa», argumentó.
Indicó que los países deberían mejorar sus políticas públicas, «la mejor es la que está basada en evidencia, en la que se propicien ambientes 100 % libres de humo, se implementen impuestos, haya advertencias sanitarias grandes, y se prohíba la publicidad», dijo.
COVID-19 UNA AMENAZA PARA FUMADORES
Sóñora aseveró que el organismo que dirige está profundamente preocupado por el impacto del COVID-19 en los 1.300 millones de fumadores que hay en el mundo y aún más en los países de ingresos bajos y medios cuyos sistemas de salud sufren las consecuencias de las enfermedades relacionadas con el tabaco.
Dijo que si bien es un virus de aparición reciente, se sabe que afecta a nivel pulmonar y debilita al sistema inmunitario y fumar eleva el riesgo de infecciones virales de pulmón «por tanto los fumadores tienen mayor riesgo de contraer el SARS-CoV-2».
Además, resaltó que, en caso de contraerlo, tiene un peor pronóstico por el daño que produce el uso de tabaco en el sistema inmunológico.
«No hay mejor momento que este para dejar de fumar, les pedimos a los fumadores que busquen apoyo y al estado que ofrezcan servicios de sanación en los sistemas de salud pública», manifestó.
En el continente americano, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el consumo de tabaco es responsable de aproximadamente un millón de muertes por año, de las cuales unas 500.000 corresponden a los países de América Latina y el Caribe.
Y ejemplificó que en México, por ejemplo, 75.000 millones de pesos (3.383 millones de dólares) son gastados cada año para tratar enfermedades asociadas al tabaco y de esos, el Estado mexicano recauda unos 37.000 millones (1.669 millones de dólares) son los que recauda por impuestos al cigarro.
PÚBLICO JOVEN SE HA VUELTO EL OBJETIVO
De acuerdo con el doctor Sóñora, el tabaco es la única sustancia de curso legal que mata, por lo menos, a la mitad de sus consumidores.
Eso obliga a la industria a que para mantener su lucro y elevar sus ganancias, tengan que involucrar a las nuevas generaciones «porque una vez que engancha a alguien a la nicotina sabe que tiene un consumidor para corto mediano y largo plazo», dijo.
Es por ello que ha generado estrategias para enganchar a las personas más jóvenes, entre ellas, la promoción de los cigarros electrónicos que en la mayoría de los países de la región tienen prohibición de comercializarse.
«México tiene una legislación donde se prohíbe la importación y venta de productos lo que falta es esa fiscalización se cumpla», advirtió.
Indicó que este tipo de productos son promocionados como de «bajo riesgo» o algo que sirve como «cesación tabáquica».
Es quizá por ello que, por ejemplo en México, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat) 2016-2017, aproximadamente 15.000 adolescentes de entre 12 y 18 años ya habían probado el cigarro electrónico.
Y, se estima que actualmente hay 1 millón de consumidores de cigarrillos electrónicos en el país.
«Tenemos una industria que se aprovecha y una autoridad que debería mejorar la capacidad fiscalizadora para proteger a la población joven», manifestó.