Moscú, 10 may (EFE).- La oposición unificada bielorrusa anunció hoy que no participará en las elecciones presidenciales del próximo 9 de agosto con el argumento de que es imposible celebrar una campaña electoral normal en medio de la pandemia del coronavirus, que ya ha contagiado al menos a casi 23.000 personas en ese país.
«Consideramos que convocar elecciones en medio de la epidemia del coronavirus es algo inaceptable y criminal», informó la oposición en un comunicado en Facebook.
La oposición bielorusa, que acordó por vez primera desde 2005 celebrar primarias para presentar a un solo candidato a esos comicios, ve ·imposible· participar ·plenamente· en la campaña presidencial y recabar firmas de manera segura.
Por ello, también desconvocan las primarias que debían dilucidar al rival del actual presidente, Alexandr Lukashenko, que lleva en el poder desde 1994 y adelantó hace ya meses que se presentará a la reelección.
La oposición, además de comprometerse a continuar exigiendo elecciones libres y reformas democráticas, llamó al Parlamento del país, que convocó el viernes las elecciones para el 9 de agosto, a posponer los comicios hasta finales de noviembre.
El comunicado fue suscrito por los cinco partidos que integran la oposición unificada: el movimiento Por la Libertad; Democracia Cristiana Bielorrusa; Partido Cívico Unificado; Partido Socialdemocrático Bielorruso y el Frente Popular Bielorruso.
Anteriormente, ya se negó a presentarse el excandidato presidencial Nikolái Statkévich, quien se negó a tomar parte en unas elecciones en media de una peste.
Lukashenko, que cumplirá precisamente 65 años en agosto, ha insistido en las últimas semanas en que, pese a la pandemia del coronavirus, no hay motivo para cancelar las elecciones, que por ley deben celebrarse no más tarde del mes de agosto.
«No hay motivos para posponerlas y tampoco hay opciones en la Constitución para aplazar esas elecciones», dijo este lunes.
Al contrario que la vecina Rusia, que canceló el plebiscito constitucional y la parada por el 75 aniversario de la victoria sobre Alemania, Bielorrusia celebrará las elecciones, al igual que hizo el sábado con el desfile militar del 9 de mayo.
Lukashenko se ha negado desde un principio a reconocer la gravedad de la pandemia y relacionó los fallecimientos con las «enfermedades crónicas» que padecían.
Mientras, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado la adopción de medidas a gran escala a Minsk, que registró ya 131 fallecidos relacionados con la COVID-19.
Lukashenko lleva más de un cuarto de siglo al timón de uno de los paises menos democrático de Europa, donde cualquier manifestación de disenso o protesta es reprimida.
Con la renuncia del presidente kazajo Nursultán Nazarbáyev, Lukashenko es el dirigente europeo y postsoviético que lleva más años en la Presidencia.
En 2015 Lukashenko fue reelegido para su quinto mandato con el 87 % de los apoyos en unos comicios muy criticados por los observadores occidentales.
En los últimos años ha promovido un deshielo en las relaciones con Occidente, especialmente a partir de su decisión de no reconocer la anexión de Crimea y sus crecientes tensiones políticas y comerciales con el Kremlin.
Además de aprobar el retorno del embajador de Estados Unidos doce años después de su expulsión, recibió en febrero al secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, quien le prometió suministros energéticos, lo que causó cierto malestar en Moscú.