Moscú, 22 abr (EFE).- El cosmonauta ruso Oleg Skrípochka participa en el experimento Sozvezdie (Constelación), con el fin de establecer la capacidad de un tripulante espacial de asumir trabajos complicados y esfuerzos físicos tras un largo viaje en condiciones de ingravidez, informó hoy la agencia espacial Roscosmos.
El cosmonauta ruso regresó el pasado 17 de abril a la Tierra tras pasar 205 días en la Estación Espacial Internacional (EEI) y prácticamente desde su llegada se sumó a este experimento en el módulo especializado Víjod-2 (Salida-2) del Centro de Preparación de Cosmonautas.
«Todas las tareas fueron cumplidas a cabalidad», declaró el jefe de la dirección científica de dicho centro, Andréi Kuritsin, citado en un comunicado difundido por Roscosmos.
Los rusos se han tomado en serio la posibilidad de un viaje a la Luna o Marte: durante el experimento el comandante de la tripulación 62 de la EEI y de la nave espacial Soyuz MS-15 practicó la salida a la superficie de un planeta «desconocido»: la apertura de una escotilla, el ascenso y descenso por una escalera, el trabajo con herramientas.
«Los cosmonautas llegarán a la Luna, a Marte. Medio año de vuelo, y ‘amartizarán’. ¿Serán capaces de realizar trabajos pesados después de un vuelo tan largo y cuántos días les costará adaptarse? Es por eso que realizamos estas pruebas inmediatamente después de finalizado el vuelo», explicó Kuritsin.
Estas investigaciones son de gran interés para los científicos, ya que permitirán establecer cómo incidirá el factor humano en las labores y la capacidad de tomar decisiones correctas o erróneas.
El científico ruso constató que «existe una merma en la calidad del trabajo realizado».
«Se pierden las habilidades durante medio año de vuelo. Los cosmonautas no reciben entrenamiento para esto. Si un cosmonauta vuela por tercera o cuarta vez, estas habilidades se tornan automáticas. Necesitamos estadísticas para tener la información más completa posible y valorar el promedio de pérdida de habilidades tras un vuelo», explicó.
Los resultados obtenidos gracias a estas investigaciones confirman que los cosmonautas que han estado largo tiempo en el espacio recuperan su capacidad de trabajo a los cuatro días de retornar a un campo de gravedad y son capaces de realizar trabajos físicos pesados en otros planetas.
Los próximos cosmonautas que regresen a la Tierra deberán realizar pruebas de conducción con un vehículo marciano real.
Todo ello con las escafandras puestas para soportar las hostiles condiciones de la atmósfera «marciana»