México, 24 abr (EFE).- Ahora que derrotó a la COVID-19, la mexicana Mariana Arceo, campeona panamericana de pentatlón moderno, celebra la vida con la ilusión de domar caballos desbocados, su manera de acercarse a una medalla en los Juegos Olímpicos de Tokio.
«La prueba de equitación es en la que más puedo mejorar. Hace dos años tuve caídas y eso me provocó inseguridad, necesito trabajar en eso para tener una fortaleza rumbo a Tokio 2020», aseguró la deportista este viernes en entrevista a Efe.
Arceo conmovió al medio deportivo de México al dar positivo de coronavirus a su regreso de una gira por Europa el mes pasado. La aislaron en un hospital de la Ciudad de México y, aunque en los primeros días su vida corrió peligro, un par de semanas después la declararon sana.
«Tuve miedo, dolor, desespero por estar aislada, pero a los pocos días quedaron atrás la fiebre, los dolores de cabeza y de estómago. Ahora me siento con más fuerza para salir adelante; Tokio 2020 será una competencia difícil, pero no es una locura soñar con la medalla porque tengo el nivel», explicó.
El verano pasado en Lima Arceo ganó los Juegos Panamericanos al relegar a la estadounidense Samantha Achterberg y la cubana Lidi Moya, con lo que obtuvo su boleto a la final directa de Tokio 2020.
«Uno no debe colgarse medallas con antelación; en Tokio seremos 36 competidoras y alrededor de 20 entrarán en la lucha por las preseas, yo seré una de ellas», señaló Arceo que el año pasado también se hizo campeona mundial de relevos junto a su compatriota Mayan Oliver.
Según los analistas del pentatlón moderno, la mexicana puede nadar los 200 metros estilo libre en alrededor de 2:06 minutos; si mejora detalles en entrenamientos en Europa, saldrá bien de la competición de esgrima y solo le quedará dominar al equino que le pongan, porque en la combinación de tiro y carrera es de las más fuertes del mundo.
«Los pentatletas montamos diferentes tipos de caballos en las competencias, los de los Juegos Olímpicos serán todos buenos. Solo me queda aumentar la confianza», observó.
Ahora la competidora está en la parte final de su recuperación y poco después de su cumpleaños 26, que celebrará el próximo lunes, empezará a hacer trabajos físicos ligeros para, al acabar la pandemia, aumentar las cargas en las cinco disciplinas del pentatlón, con énfasis en la equitación.
Los próximos meses Arceo se relacionará con diferentes caballos para adaptarse a los requerimientos de la prueba azarosa de su deporte. Encima de alazanes, bayos, albinos y palominos, se verá a sí misma como una elegante amazona y buscará retomar la confianza y crecer en su punto menos fuerte rumbo a los Olímpicos.
Mariana agradece su triunfo sobre la pandemia que ha matado a más de dos millones y medio de personas con donaciones a hospitales mexicanos a través de su fundación. Es su forma de dar prioridad a lo más importante: la vida de las personas.
Después de eso celebrará su renacimiento con sueños de caballos desbocados, una frase que en Tokio alude a una de las novelas más bellas del escritor Yukio Mishima, pero que para ella significará algo más sencillo, un atajo hacia la medalla olímpica, su segundo mejor milagro después de burlarse de la muerte.
Gustavo Borges