México, 24 (EFE).- Dramáticas, temibles, despiadadas e incluso sobreactuadas, así son las villanas de telenovelas, uno de los puntos fuertes de las producciones mexicanas cuyos personajes han sido reconocidos incluso internacionalmente sin necesidad de haber visto la novela al completo.
Estas malvadas, como Catalina Creel o Soraya Montenegro, resultan en muchos casos aterradoras y, aunque inspiradoras e icónicas para algunos, representan la maldad, incluso increíble, para la mayoría de espectadores.
Algunas de ellas marcaron un antes y un después en la historia de la televisión de México y, para quienes las interpretaron, fueron un punto de inflexión en su carrera actoral.
Incluso, en su mayoría como personajes secundarios, han logrado opacar el éxito de sus protagonistas por sus grandes actuaciones y, en el peor de los casos ganaban la enemistad con los espectadores, que de vez en cuando si los encontraban en la calle aprovechaban para enfrentarlos.
No se puede hablar de villanas sin hablar de la malvada Catalina Creel -y su característico parche-, quien es probablemente la villana más recordada por todos los mexicanos debido a su maldad sin límites y su imponente aspecto.
La actriz María Rubio fue la encargada de darle vida a Creel en «Cuna de lobos» en 1986, una mujer sin escrúpulos que planeaba asesinatos fríamente y sin compasión bajo su parche. Incluso llegó a asesinar a su marido.
En 2019 se hizo una nueva versión de la telenovela donde la española Paz Vega era Creel, pero, aunque en los primero capítulos hubo mucha expectación, la audiencia fue cayendo.
LA MALDITA LISIADA
Popular en su tiempo y en la actualidad, Itatí Cantoral regaló al imaginario colectivo una de las villanas con los peores sentimientos cuya dramática actuación rozaba con la tragicomedia.
Soraya Montenegro, su personaje en una de las Marías interpretadas por la cantante Thalía, más específicamente en «María la del barrio» (1994), pasó a la historia por escenas como la de la «maldita lisiada», que incluso recreó años más tarde, después de que se volviera viral en redes sociales.
LA DESCORAZONADA RUBÍ
Aunque son pocas las telenovelas que tienen como protagonistas a mujeres malas, uno de los éxitos de la pantalla es justamente la historia de «Rubí», una mujer bellísima de corazón frío acomplejada por su pobreza y llena de todos los valores negativos que una mujer puede tener.
La versión interpretada por Bárbara Mori la consagró como una de las villanas más queridas de la televisión, pues a pesar de su maldad e interés económico a la hora de enamorar a los hombres, el público lograba empatizar con su personaje. A pesar de ello, en las telenovelas la maldad nunca puede ganar, así que la historia de la protagonista no termina en un final feliz.
MALAS POR CONVENIENCIA
También ha sido común que ciertas actrices sean elegidas solo para papeles de villanas, es el caso de Sabine Moussier que con sus ojos azules casi transparentes ha interpretado a un sin fin de villanas, lo mismo para Cynthia Klitbo o Laura Zapata.
Esta última, Zapata, polémica por sus comentarios en contra del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y por la truculenta relación con su familia -es hermana de Thalía-, interpretó a Onelia Montenegro en «Cuidado con el ángel» (2008) compartiendo elenco con actores de la talla de William Levy o Maite Perroni.
De la misma forma, hay famosas que cuyas caras suelen siempre estar relacionadas con el bien, así le había sucedido a Lucero quien, acostumbrada a hacer el papel de buena en televisión, tuvo que demostrar a los escépticos su versatilidad en la pantalla.
La actriz y cantante se convirtió en una villana icónica cuando fue protagonista en «Lazos de amor», una historia que la retó al triple al ser interpretar a unas trillizas, una de ellas María Paula, una mujer malvada capaz de matar a quien se opusiera a sus planes.
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