Londres, 29 abr (EFE).- Un «pequeño batallón» de científicos voluntarios de la King’s College de Londres, con la investigadora española Rocío Martínez al frente, ha sido esta semana el último en unirse a los esfuerzos para colaborar con el NHS (Servicio Nacional Sanitario británico) en el diagnóstico masivo del coronavirus.
«Nosotros llevamos muchos años haciendo extracciones de ARN, que es lo primero que se tiene que hacer con las muestras clínicas, y también haciendo PCR [reacción en cadena de la polimerasa]», señaló Martínez en una entrevista con Efe.
Además de impartir docencia, la investigadora forma parte de la Escuela de Ciencias Inmunológicas y Microbiológicas de la universidad, donde tiene su propio equipo centrado en el estudio de enfermedades inflamatorias, particularmente asma, y la biología del ARN, el ácido ribonucleico, que es también el genoma del coronavirus.
«Hacemos un montón de biología molecular, podemos ayudaros a hacer PCR, podemos ayudaros como necesitáis», proclamó.
Ese fue el mensaje que Martínez y sus compañeros trasladaron hace ya seis semanas a sus colegas del laboratorio de diagnóstico del hospital londinense de Saint Thomas, con quien mantienen estrechos lazos de comunicación al estar ambos bajo el paraguas del King’s Health Partners, un centro académico de Ciencias de la Salud.
Desde entonces, la Escuela ha registrado más de 120 voluntarios, de los que 22 han pasado a integrar un «pequeño batallón» formado por jefes de departamento, doctorandos e investigadores posdoctorales.
«Fue una inyección de optimismo», destacó sobre esta respuesta la investigadora, quien aprovechó para resaltar el «entusiasmo» de los voluntarios y su generosidad al poner «su tiempo, sus manos y su conocimiento gratis».
EL SUMINISTRO DE REACTIVOS, EL MAYOR ESCOLLO
El laboratorio hizo la «apertura oficial» este lunes y en los próximos días empezará a recibir las primeras muestras desde los hospitales.
No obstante, el equipo ya lleva semanas trabajando en la elaboración de reactivos alternativos con el objetivo de poder esquivar los problemas de suministro que se están registrando en muchos centros de diagnóstico clínico y así poder aumentar su capacidad para hacer pruebas.
«Lo que hemos hecho es mezclar distintos casos comerciales y de esa manera crear nuevos protocolos, que serían como nuevas recetas para llegar al mismo resultado de la PCR», explicó Martínez.
La validación de estas sustancias químicas, encargadas de reaccionar con el ARN en caso de que contenga el virus, conlleva un proceso de comprobación exigente.
En ese sentido, el equipo espera obtener la firma para el primero de los protocolos alternativos esta misma semana y, en las próximas, poder seguir estableciendo otros adicionales.
Es importante que médicos, enfermeros, auxiliares, bomberos, policías, personal del supermercado y trabajadores comunitarios puedan hacerse pruebas, dijo la bióloga, que incidió también en la importancia del diagnóstico a gran escala para saber cómo se comporta el virus a nivel epidemiológico y dar seguridad a los trabajadores que están en primera línea.
En cuando a la capacidad que alcanzará el laboratorio para procesar test PCR, la española cree que es «arriesgado» intentar dar un número exacto, aunque confía en llegar a alcanzar las 1.000 pruebas diarias tras la incorporación de más tecnología y robots código abierto Opentrons para procesar más pruebas en los próximos días.
UNA RED NACIONAL DE DIAGNÓSTICO
El Gobierno británico se fijó el objetivo de crear una «industria del diagnóstico» con agencias públicas y centros privados para realizar 100.000 pruebas de detección antes de terminar el mes, una cifra que queda lejos de los 43.453 test que se han alcanzado hasta el momento.
La investigadora cree que la meta se pueda alcanzar en las próximas semanas si se juntan «los hombros y manos» de más centros y universidades del país.
Además del King’s College, el Francis Crick Institute de Londres, y centros de la Universidad de Cambridge y de Glasgow, entre otros, ya se han agregado para escalar en el diagnóstico de la COVID-19.
«Yo creo que podemos contribuir con nuestra experiencia y, si se pueden sumar más universidades, puede ser no solo sumativo, sino exponencial, me guaría decir», resaltó Martínez, que también incidió en la cooperación entre el sector público y privado.
Este mismo mes, Martínez impulsó junto con amigos la iniciativa Covichain Robots, facilitada por la financiación privada y la mediación de varias autoridades, y con la que consiguieron llevar a cuatro centros españoles otros tantos robots de código abierto con capacidad para realizar hasta 2.400 test diarios.
«Todos estamos buscando lo mismo y cooperando tanto dentro de tu país, como con otros, se pueden hacer muchas cosas», destacó la investigadora.
«Hay muchísima gente en todo el mundo que quiere ayudar y eso es para mí un mensaje muy importante», concluyó con optimismo en su afán de combatir la pandemia.
Marta Pérez-Cejuela