Madrid, 30 abr (EFE).- La pérdida de hielo de la Antártida, junto con la disminución de la capa de hielo de Groenlandia, han sido responsables de un aumento del nivel del mar de 14 milímetros desde 2003.
Esta es la principal conclusión de un estudio que publica la revista Science y que señala que la capa de hielo de Groenlandia ha perdido un promedio de 200 gigatoneladas de hielo por año, mientras que la de la Antártida 118 gigatoneladas: una gigatonelada de hielo es suficiente para llenar 400.000 piscinas de tamaño olímpico.
Los datos son resultado de las mediciones del satélite ICESat-2 de la NASA, que fue lanzado en 2018: los investigadores de la Universidad de Washington compararon los nuevos datos obtenidos por este satélite con los del primer ICESat, recopilados de 2003 a 2009.
Con unos y otros datos, los científicos pudieron generar un retrato completo de «las complejidades» detrás de los cambios de la capa de hielo y ofrecer una visión de futuro sobre Groenlandia y la Antártida, señala una nota de prensa de la citada universidad.
Respecto a la Antártida, los autores explican que el aumento del nivel del mar está siendo provocado por la pérdida de las plataformas de hielo flotantes que se derriten en un océano que se calienta.
«Si observas un glaciar o una capa de hielo un mes o un año no aprenderás demasiado sobre la incidencia del clima», relata Benjamin Smith, autor principal de este estudio: «ahora tenemos un lapso de 16 años entre el satélite ICESat y el ICESat-2 y podemos estar mucho más seguros de que los cambios que estamos viendo en el hielo tienen que ver con los cambios a largo plazo en el clima».
Además, los investigadores constataron que del aumento del nivel del mar resultante del deshielo, alrededor de dos tercios procedían de Groenlandia y el otro tercio de la Antártida.
En Groenlandia, hubo una cantidad significativa de reducción de los glaciares costeros: Kangerdulgssuaq y Jakobshavn, por ejemplo, han perdido de 4 a 6 metros de elevación por año.
En la Antártida, las mediciones mostraron que la capa de hielo se está haciendo más gruesa en partes del interior del continente, probablemente como resultado del aumento de las nevadas, detalla Smith.
«Pero la pérdida de hielo de los márgenes del continente, especialmente en la Antártida Occidental y la Península Antártica, supera con creces cualquier ganancia en el interior».
En este sentido, explica que en la Antártida Occidental pudieron constatar que muchos glaciares se están reduciendo muy rápidamente.
En los extremos de esos glaciares -comenta Smith- hay plataformas de hielo que flotan en el agua; esas plataformas de hielo se están derritiendo, lo que ocasiona que más hielo fluya al océano.