México, 19 abr (EFE).- La mexicana Liliana Ibáñez, una de las principales nadadoras latinoamericanas, aseguró este domingo que los Juegos Olímpicos llegarán en un gran momento de su vida y trabaja confiada en alcanzar las finales en 50 y 100 metros estilo libre.
«En Tokio todo puede pasar porque las dos pruebas transcurren en un abrir y cerrar de ojos, pero voy por pasos; en noviembre o diciembre espero tener la marca para estar en los Juegos, luego buscarla semifinal y la final», señaló Ibañez en entrevista a Efe.
La deportista de 29 años fue la máxima ganadora de medallas en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018 con cinco preseas de oro, una de plata y tres de bronce, pero después de eso se sometió a una cirugía de hombre que le impidió competir en los Panamericanos de Lima 2019.
«Recuerdo cuando me dijeron que debía operarme, quise evitarlo. En Lima pude ser medallista, aunque ahora entiendo lo sucedido porque crecí como persona y recuperé la salud», señaló.
Aunque lamenta las causas del aplazamiento de los Juegos Olímpicos, la COVID-19 que ha causado la muerte a dos millones de personas, el hecho de posponer la justa favorece a Ibáñez, quien trabajaba a marchas forzadas para recuperar el tiempo perdido por la cirugía.
«Ojalá esto no hubiera pasado, sin embargo ahora tendré tiempo para prepararme bien. Estaba en fase competitiva y me preparaba para competir en el Campeonato Nacional de Canadá cuando suspendieron todo; ahora regresé con la idea de alcanzar una buena forma deportiva a finales de año», dijo.
La nadadora es una de las deportistas de México con menos afectaciones por el aislamiento para evitar la propagación del coronavirus; se entrena en el Colegio Militar de la Ciudad de México, donde dispone de una alberca, de alimentación y descanso.
«Otra vez estoy en la preparación general, pateo construyo el estilo, cuido la técnica y aplico lo aprendido la temporada pasada; en dos o tres meses volveré a trabajar la velocidad. No hay tiempo que perder», agregó.
En los 100 metros libres Ibáñez necesita hacer un tiempo de 54.38 segundos para llegar a Tokio, pero su meta está en bajar de 53.00 y estabilizarse en esos tiempos para llegar a la final olímpica «Una vez allí todo puede ocurrir; en cuanto a los 50 metros, si cumplo mi meta en 100 estaré lista para también hacerlo en esa prueba más corta», dijo.
El año pasado Liliana comenzó a trabajar con el entrenador australiano Brett Hawke, quien llevó al brasileño César Cielo a campeón olímpico de 50 metros estilo libre en Pekín 2008.
Para la mexicana trabajar con el estratega ha sido un paso adelante porque le diseñó un plan de entrenamiento personalizado de acuerdo con sus características y después de varios meses ya la conoce, lo cual aumenta la confianza de ambos.
«Con Brett el entrenamiento está hecho para mÍ desde el calentamiento hasta el afloje, con él soy una mejor nadadora», señaló.
Aunque en Tokio deberá a vencer a varias de las mejores del mundo para acercarse a la zona de medallas, Ibáñez no piensa en eso porque considera que su gran rival es el cronómetro.
«Mi rival es el reloj, soy yo misma. Si en Tokio hago el tiempo que quiero me iré muy contenta sin importar el lugar», concluyó.