Madrid, 25 feb (EFE).- Más allá de ser un acto de rebeldía pegado a la cárcel, tatuarse la cara está de moda. Si antes era cosa de marineros o pandillas callejeras, hoy es un manifiesto estético del que presumen «celebreties» como Kendall Jenner, Justin Bieber o Cara Delevingne.
Tras la moda de los «piercings», los dientes de oro o las prótesis abdominales; llegan los tatuajes en la cara, una tendencia que muchos reciben con escepticismo y otros celebran inyectando tinta en su rostro con la idea de no olvidarse de los pasajes de su vida que le han marcado.
Es el caso de Salva, un joven de Alicante, que ha decidido depilarse las cejas y en su lugar tatuarse la palabra «fortaleza» en la derecha y «lealtad» en la izquierda.
Además cuenta con una lágrima y una cruz sobre el pómulo derecho, unos dibujos que «tienen que ver con mi vida y con las cosas que me han pasado», asegura este martes a Efe, el joven.
Los tatuajes dan la cara. Modelos, cantantes, actores y celebridades eligen una palabra o símbolo que les identifique y la graban con tinta en una zona del rostro, bien en la sien, sobre la ceja, en la mejilla, el lagrimal o en el lóbulo de la oreja, cualquier sitio resulta atractivo para rendir tributo.
Jeremy Meeks, el delincuente que ha pasado a ser millonario por su faceta de modelo, lo puso de moda. Este joven, de cuerpo cincelado, ojos azules y tatuaje a modo de lagrima sobre el pómulo, conquistó al mundo con su foto de la ficha policial que, por azar del destino, acabó en redes sociales y fue compartida por todo el mundo ganándose el apodo del «preso más sexy».
Mucho antes, en 2003, el boxeador Mike Tyson lucía un enorme tatuaje tribal en el lado derecho del rostro. Ahora, ese símbolo forma parte de su imagen y en una entrevista aseguró que «muchas cosas buenas me ocurrieron gracias a este tatuaje».
Tras sus pasos han sido muchos los famosos, por ejemplo, Justin Bieber deja constancia de su fe cristiana y rinde su particular homenaje a Dios tatuando en la parte superior de la ceja la palabra ‘grace’ -gracia-.
Durante una entrevista en el famoso programa de Ellen DeGeneres, la modelo Kendall Jenner descubrió en público uno de sus secretos: un tatuaje «Meow» -Miau- en la parte interior de su labio inferior.
La modelo Cara Delevingne también cuenta con una colección de tatuajes de todo tipo repartidos por el cuerpo, uno de ellos -un diamante rodeado de estrellas- alrededor de su oreja derecha.
El cantante de pop Chris Brown ha preferido tatuarse una zapatilla de baloncesto en la mejilla, concretamente es una de las míticas botas de Air Jordan Nike.
Un tatuaje discreto si se compara con el número de dibujos que convive en el rostro del rapero Lil Wayne, que tiene grabado «Fear God» -teme a Dios- además de la la letra C entre sus ojos, homenaje a su madre, Cita y su apellido, Carter, además de lágrimas, cruces, símbolos de la paz, dibujos tribales o la frase «yo soy música» en su pómulo derecho.
Uno de los últimos ha sido el modelo Presley Gerber, hijo de la «top» Cindy Crawford, un joven que tiene el cuerpo lleno de tatuajes y que ahora ha decidido grabarse en el rostro la palabra «misunderstood» -incomprendido-
Amber Rose, cantante, actriz y diseñadora, también se ha sumado a la fiebre de los tatuajes faciales grabando sobre la frente el nombre de sus hijos: Bash y Slash, una gran prueba de que madre solo hay una.
Por Carmen Martín