Madrid, 4 mar (EFE).- Contra todo pronóstico, la directora Haifaa Al-Mansour, la primera mujer en dirigir una película en su país, Arabia Saudí, va a estrenar en unos días su cuarto largometraje, «La candidata perfecta», un grito de rebeldía que, sin ser una declaración de guerra, «crea el entorno correcto para el cambio».
Así lo afirma en una entrevista con Efe, realizada en Madrid, Al-Mansour, convencida de que «la feminidad trasciende las culturas, vengamos de donde vengamos. Y el recorrido va a ser largo y duro para todas», advierte.
Y va más allá. Hace solo un par de años que los cines están autorizados en Arabia Saudí, y lo mismo para que las mujeres conduzcan. Sin embargo, sus películas, profundamente enraizadas en una sociedad casi desconocida en España, de mujeres cubiertas de negro de los pies a la cabeza, abren los ojos a un mundo femenino muy difícil de entender si no lo ves por dentro.
Es cineasta, no activista, dice, pero sus películas «abren ventanas».
«Creo que el papel de una película (como las que ella hace) es crear un entorno correcto para el cambio, eso es lo que hace el arte, abrir la mente a la sociedad, provocar el debate: que se hable sobre ella, sobre otros valores y posiciones. Es lo que yo veo. Es posible que la película no nazca enfocada en eso, pero pienso que al final, crea la atmósfera necesaria para el cambio».
Sencilla, obcecada y brillante, Al-Mansour tardó cinco años en poner en pie su primera película, «La bicicleta verde» (2012) -tras tres cortometrajes y un documental- y tuvo que hacerlo escondida en una caravana, con un monitor y un «walkie-talkie».
«Cuando la rodamos, el país estaba muy segregado, no teníamos facilidades para trabajar, no había ni extras, pero ahora la situación es muy diferente: filmamos con todos los permisos del mundo, acceso abierto, podíamos trabajar en la calle. Pero no hay mucha industria, tienes que enseñar a la gente», se lamenta.
Luego rodó «Mary Shelly» (2017) en inglés, en Europa, con artistas y presupuesto internacionales, y después «Desmelenada» (2018), en EEUU. «Ahora me siento más segura de mi misma, entiendo mejor cómo contar una historia; estoy cómoda y más tranquila a la hora de dirigir a los actores», asegura.
Si «La bicicleta…» era una historia sobre el fortalecimiento de las jóvenes árabes, sobre sus ganas de evolucionar y de salir de la situación en la que se encuentran, esta es un paso más allá: es una médica que pelea por su dignidad (lo dice ella misma), porque se le reconozca su valía y su esfuerzo, y hacerlo a cara descubierta.
«Esta claro que hoy las chicas quieren romper barreras pero hay que pensar por qué, eso es lo que yo siento: saber por qué y para qué vas a cambiar algo», se posiciona la cineasta.
Ese es precisamente el enfoque de «La candidata perfecta». Una joven, hija de un padre músico y una madre cantante de bodas cuyo espíritu indómito, alegre y reivindicativo sigue con sus tres hijas aun después de haber fallecido, pide a su alcalde que asfalte el camino a las urgencias de su hospital, de tierra, ahora un barrizal por la rotura de una tubería.
Como no lo consigue, decide presentarse a la Alcaldía, todo un escándalo para su familia.
«Creo que hay grandes historias, también en Arabia Saudí, que cuentan algo específico, pero luego son universales, como la niña que quiere montar en bici; pero en realidad, hablan de una cultura, de unos sueños, de gente que decide no hacer lo que se espera que debe hacer, e ir más lejos», explica Haifaa.
En este cine íntimo suyo, las madres tienen una gran importancia. Coincide que son fuertes, decididas, valientes, rompedoras. Como la propia madre de la directora.
«Sí, mi madre tiene mucho que ver con la película, ella sigue viva -aclara entre risas-. Adoraba cantar, pero, claro, estaba prohibido. Su familia no se lo permitía y ella era estrella solo en casa, o con amigas. Es tan guapa y cantaba tan bien… que a mí me avergonzaba un poco», se ríe más.
«Pero me enseñó lo que significaba ser auténtico contigo mismo y a tener el valor de hacer lo que te apetezca», resume.
Ahora, sus padres y sus once hermanos y hermanas están muy orgullosos de ella; afortunadamente, dice, «ya hay otras mujeres» en el cine saudí que han seguido sus pasos, algo que la «enorgullece» enormemente. «Pero lo importante -afirma- es que las mujeres sigamos nuestra inclinación individual».
Por Alicia G.Arribas.