Aguascalientes.- En el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Vida Silvestre, se informó que actualmente el 70 por ciento de especies de anfibios, 25 por ciento de mamíferos y 14 por ciento de las aves, están amenazadas.
La pérdida de especies en el planeta pasa por una situación que va de seria a extremadamente grave, pues de las conocidas, muchas están amenazadas.
Según reportes científicos dados a conocer por el Instituto de Biología de la UNAM, una gran cantidad de mamíferos, aves, reptiles y anfibios se pierde a un ritmo acelerado, también invertebrados, insectos y moluscos, además de plantas.
El problema para la biodiversidad es la pérdida del entorno natural debido al crecimiento de la población humana: los bosques son talados y destruidos, y cientos o miles de especies desaparecen con cada manchón de selva que transformamos en pastizales para alimentar vacas, o en desarrollos para que viva la gente.
A la pérdida de hábitats se suma el cambio climático; ambos fenómenos están íntimamente relacionados y afectan a la flora y la fauna.
Las pérdidas no son sólo de animales y plantas, sino de los servicios ecosistémicos que brindan. Por ejemplo, los colibrís además de polinizar plantas y ser reconocidos por su belleza, se alimentan de insectos, que de no ser controlados afectarían a la humanidad.
Lo mismo ocurre con los murciélagos, sin ellos no habría tequila ni mezcal, porque polinizan los agaves, pero también controlan poblaciones de mosquitos.
; si desaparecieran, tendríamos epidemias terribles de dengue y malaria.
Lamentablemente los humanos sin conocer bien la riqueza biológica hacemos uso irresponsable de la naturaleza; y se cree que porque un animal es bonito puede tenerse de mascota; hacer un ritual de brujería, como los amarres de San Valentín con los colibrís; o peor aún, comérselos, señalan los investigadores de la UNAM.
Los animales al igual que el ser humano tienen variados virus y si no se conoce bien a las especies, menos se sabe de las enfermedades que pueden portar.
Hay personas a las que se les puede antojar alimentarse de un armadillo, pero la mayoría no sabe que son portadores de bacterias que causan lepra y se corre el riesgo de infectarse.
Algo similar ocurrió con la COVID-19; la evidencia científica reciente la relaciona evolutivamente con los virus de murciélagos asiáticos.
Por lo tanto en el Día Mundial de la Vida Silvestre se debe recordar que todas las especies, incluso los microorganismos del suelo, tienen un papel fundamental en la naturaleza y se deben cuidar por igual.