Puebla (México), 5 mar (EFE).- En una escalada de descontento, más de 150.000 jóvenes de todas las universidades del central estado mexicano de Puebla marcharon este jueves para exigir justicia y seguridad a las autoridades tras el asesinato de tres estudiantes, dos de ellos colombianos.
Vestidos una mayoría de ellos de negro en señal de luto, los estudiantes protestaron para mostrar su apoyo a las familias de los colombianos Ximena Quijano y José Antonio Parada, del mexicano Javier Tirado y de Josué Emanuel, su conductor de Uber.
Los cuatro fueron asesinados el pasado 23 de febrero en la localidad de Santa Ana Xalmimilulco y sus cuerpos fueron encontrados al día siguiente al pie de una carretera.
Los manifestantes clamaron este jueves justicia y pidieron al Gobierno implementar estrategias efectivas para garantizar la seguridad de los jóvenes en la periferia de sus instituciones académicas, donde se han suscitado infinidad de asaltos y agresiones.
Durante las cinco horas de recorrido marcharon vestidos de negro, con pancartas, levantando la voz y mostrando su preocupación ante la ola de violencia que vive este estado.
Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Puebla registró 1.249 asesinatos en 2019, una cifra muy parecida a la del año anterior, si bien aumentaron otro tipos de delitos como las lesiones y, además, se disparó la percepción de inseguridad en la capital, también llamada Puebla.
El alza de la violencia en este estado es un reflejo de la ola de violencia que vive México, que reportó 34.582 asesinatos el año pasado, una cifra nunca antes registrada.
UN RÍO DE DEMANDAS
A lo largo de esta marcha que llenó las principales calles de la ciudad de Puebla, se lanzaron consignas como «¡No somos 5, no somos 10″, (gobernador Miguel) Barbosa cuéntanos bien!» o «¡Señor, señora, no sea indiferente, se están matando estudiantes en la cara de la gente!».
Cindy Tirado, hermana de Javier, uno de los estudiantes asesinados, dijo que es injusto que las autoridades aseguren que no pasa nada y que solo les den las condolencias. Por ello, afirmó que buscarán justicia, llegando al fondo de las investigaciones.
«La cifras lo hablan, los hechos lo hablan, no estamos inventando, las cifras están hablando, hay que sumar, no hay que restar, ya que día con día las cifras van aumentando», sostuvo a Efe.
Relató que desde el fallecimiento de su hermano vive con un dolor muy fuerte al saber que el joven no está más con ellos y se mostró enfadada con la sociedad.
«No hay palabras para expresar el dolor, pero es más la rabia y la impotencia de ver que el Gobierno diga solo ‘lo siento mucho’. Ya estamos hartos, cuántos más, no es uno, son diez al día. Y que solo digan que la culpa la tiene el Gobierno anterior», apuntó.
La estudiante Andrea Cuellar indicó que es «horrible» salir a las calles con miedo y dijo que solo escucha noticias de mujeres desaparecidas.
«Se siente increíble que después de tanto tiempo, por fin tanta gente de escuelas públicas, privadas, se juntaron por fin a hacer algo. Espero que nos escuchen, porque de verdad está horrible, porqué ya no puedes ir a la escuela a gusto», subrayó.
Mario Andrés Gómez Escorza, alumno de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), denunció a Efe la apatía de su institución ante las protestas.
«Vean cuántas universidades, cuántos estudiantes. Al momento de que todos nos juntamos se crea un sentir tan fuerte, te hace sentir seguro, que no estás solo. Es lo que buscamos, porque si mañana me llega a pasar algo, ellos puedan levantar la voz», expresó.
El gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, recibió a algunos estudiantes y aseguró que la inseguridad que se vive en la actualidad en la región es un problema del Gobierno y de la sociedad e instó a trabajar de la mano para enfrentar los problemas, así acabar con un «sistema corrupto».