Veracruz (México), 9 mar (EFE).- Enfundada en un vestido azul, Ana Gabriela Molina, una mujer con un diagnóstico de amelia bilateral (ausencia de extremidades superiores), realizó uno de lo primeros bailes en la pasarela del concurso Miss Veracruz, que no ganó pero del que sí se llevó un gran aprendizaje.
Desde el oriental estado mexicano, la joven de 24 años, representante de Miss Nanchital, salió este domingo en la noche al escenario junto con el resto de las participantes para buscar la corona, que finalmente se le escapó.
«Estoy muy contenta, emocionada. Es la gran noche que será definitiva y vamos con todo», dijo durante el certamen.
En medio de aplausos y vivas, la miss -quien en el último mes adquirió notoriedad en todo México- se presentó ante el público y el jurado con gran solidez y seguridad.
También con el traje de noche, que le permitió quedar entre las diez finalistas.
Y aunque no avanzó más en el concurso, su sonrisa y su porte jamás cambiaron ni cuando quedó fuera de los primeros lugares, porque – dijo- demostró que no hay límites y se va satisfecha con el aprendizaje en el concurso de belleza.
En el escenario expuso que su proyecto social era «Vida sin límites», que busca concienciar a la sociedad sobre la discapacidad y así demostrar que no hay límites para nadie.
«Hablar sobre la inclusión a través de pláticas para dar a conocer qué es la discapacidad y sobre todo motivar y que sepan que no hay límites y todo se puede», expresó en una de sus intervenciones.
En un larga jornada del concurso celebrado en la ciudad de Xalapa, Ana Gabriela recibió siempre el apoyo de su familia, que se trasladó desde el sur de la región hasta la capital veracruzana.
«Estoy muy agradecida con mi familia que se trasladó desde el sur», afirmó la muchacha, quien pese a tener mucha autonomía y aplomo a veces requiere ayuda de familiares, amigos o gente cercana para algunas de las actividades.
Fue un evento «muy maratónico» y ha habido muchos cambios desde hace cinco meses que empecé con mi preparación (…), pero todo va a tener un buen fin» , declaró a Efe minutos antes que iniciará el concurso.
Ana, quien nació con amelia bilateral y ha aprendido a llevar su vida sin sus brazos, aseguró que fue tratada con mucho respeto por sus competidores en este certamen de belleza.
«La verdad está semana tuve oportunidad de convivir con ellas durante día y noche y no tengo quejas, son muy lindas, me han aportado y se han acercado a mí», expuso.
En la ciudad de Nanchital, Ana Gabriela ofrece pláticas de superación personal, trabaja como modelo y además demuestra que todo se puede hacer sin importar las condiciones personales.
«Muy aparte de todo esto, quiero seguir con mi carrera, soy psicóloga y me quiero seguir preparando», afirmó quien este domingo lució también un traje de noche en color rojo pegado y con mangas al aire.
Buscará especializarse en su carrera, pero también aceptará cualquier oferta sobre modelaje, porque es algo que le gusta y le ayuda a demostrar que no hay límites.