Mérida (México), 9 mar (EFE).- A punto de cumplir 54 años de edad y con más de 30 como profesional del rejoneo, el español Pablo Hermoso de Mendoza ha sentido el trajín del toreo y, aunque atisba el retiro, aseguró este lunes que le gustaría torear durante toda su vida.
«Me gustaría torear hasta el último día de mi vida, porque es mi pasión, es lo que más me gusta y para lo que he vivido», dijo a Efe.
«Quisiera torear siempre, pero la vida nos va marcando pautas y creo que de ahora en adelante tendré que torear un poquito menos, ir midiendo mis presentaciones», agregó previo a abandonar la ciudad mexicana de Mérida.
Hermoso de Mendoza fue el encargado el domingo de cerrar la Temporada 2019-2020, en la Plaza de Toros Mérida, en el estado de Yucatán, donde cortó una oreja que la multitud le celebró en grande.
«La verdad fue una tarde maravillosa: el público se entregó totalmente y tuve dos buenos toros», relató el rejoneador nacido en Navarra, quien consideró que la de ayer fue una de las faenas más importantes en la ciudad de Mérida, donde, dijo, «el público es muy exigente».
Con más de 2.500 corridas en su carrera y sonoros triunfos en España y México y en otros países del mundo taurino, tiene ya poco que demostrar y estos años, quizás sus últimos en los ruedos, buscará encaminar la carrera de su hijo Guillermo.
Guillermo, de 20 años, recibió el año pasado la alternativa, con su padre como padrino, cortando una oreja al final del encierro.
Bajo su protección e influencia, el rejoneador español consideró que su hijo, quien torea con los mismo apellidos, es su «gran legado» al toreo.
«Ahora, mi hijo es mi prioridad, quiero transmitirle todo lo que sé y enseñarle el respeto y el amor por esta profesión, deseo que ame el rejoneo como lo he amado», finalizó Hermoso de Mendoza, quien ya había adelantado a inicios de año que la temporada 2020 sería menos intensa en cuanto a número de corridas y más con la intensión de pasar el testigo a su hijo.