Villahermosa (México), 13 mar (EFE).- Inocente Hernández rompe en llanto y se aferra a un ataúd vacío con la imagen de la virgen de Guadalupe en el funeral de su esposa Marina, quien falleció por un fármaco contaminado por una bacteria en un hospital de Pemex del suroriental estado de Tabasco, un suceso que suma seis fallecidos y una cincuentena de afectados.
De 49 años, Marina es una de las seis víctimas que recibió una dosis de heparina sódica en su tratamiento de hemodiálisis a finales de febrero en el hospital gestionado por Petróleos Mexicanos (Pemex)- a pesar de que sus familiares compraron el medicamento original en farmacias y que, en su lugar, fue administrado el «adulterado».
Mi esposa murió «por negligencia de los médicos, le metieron una inyección caducada cuando se la había comprado el jueves. (…) ¡Quiero que les apliquen la ley a los responsables y me devuelvan viva a mi compañera!», clamó el hombre, hoy jubilado de la paraestatal.
«Es la peor muerte que pueden ocasionarle a un ser humano porque vas viendo decaer día a día a esa persona a raíz de este medicamento infectado», agregó Rosalba Sánchez, hermana de Marina.
Este jueves se llevaron a cabo los funerales de dos de los difuntos, y sus familiares confirmaron que ya presentaron las primeras denuncias por negligencia médica en contra de las autoridades del hospital regional de Pemex.
Horas después, en la noche del jueves, Pemex informó de la muerte de una sexta persona. También indicó que 33 personas están siendo atendidas de forma ambulatoria y 19 en un hospital, estando dos de ellos en terapia intensiva.
Guadalupe García, quien perdió a su padre Valdemar, un jubilado de la petrolera, desaprobó los resultados de una autopsia realizada por la Fiscalía General del Estado (FGE). «Ahí dice que murió por causas naturales provocadas por su enfermedad, más no mencionan que fue por negligencia», denunció a Efe.
Agustín Córdoba, otro demandante que perdió a su padre Salvador, de 75 años, dijo sentirse «harto» de la insensibilidad de las autoridades.
A Salvador García no se le aplicó el medicamento con bacterias. Sin embargo, sus familiares denuncian que fue infectado en el nosocomio durante el cambio de catéter y una transfusión sanguínea.
«Me dijo el doctor solo que era desconocida y no sabían cómo había ahí, después dijo que no era una sino cuatro bacterias», alertó.
En tanto, este jueves trascendió a los medios que la Fiscalía General de la República atrajo las denuncias por fallecimientos de tres pacientes en el Hospital Regional de Pemex de Villahermosa, con el fin de descartar o confirmar si hubo un cuadro clínico de intoxicación (envenenamiento) por el medicamento adulterado.
CRONOLOGÍA DE LA TRAGEDIA
Familias y enfermos contactados por Efe desde el comienzo de la tragedia califican este centro médico como «el hospital de la muerte».
A finales de febrero un número sustancial de pacientes recibió el medicamento infectado y entre el 27 y 28 de febrero se presentaron al menos cinco casos de pacientes con temperatura alta y sudoración.
El 29 de febrero, en un primer boletín, Pemex lamentó el fallecimiento de un trabajador.
«Se procedió a realizar un cultivo selectivo de catéteres, máquinas de hemodiálisis e insumos involucrados, en los cuales en ninguno se desarrollaron bacterias, excepto en el medicamento denominado heparina sódica», reconoció en ese mismo texto.
En los días siguientes, los pacientes tratados con el fármaco comenzaron a presentar malestares como altas temperaturas, temblor corporal, vómito, arritmia cardíaca, presión arterial incontrolable y hasta septicemia (infección en la sangre).
Días después, se produjo un altercado en las instalaciones del hospital cuando familiares liaron a empujones con elementos de seguridad, y pidieron ser atendidos.
Llegaron de urgencias en distintos momentos con sus enfermos, unos en silla de ruedas, otros caminando sin apenas fuerzas, según constató Efe.
El drama de estas familias ocurre en la tierra del propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien aseguró que se está investigando lo ocurrido, pero sin que hasta el momento haya responsable claro.
La tragedia en Pemex se suma a una crisis generalizada en el sector salud que se agudizó en 2019 debido a los recortes presupuestarios y a los cambios en la forma de comprar las medicinas impuestos por López Obrador, quien asumió la Presidencia el 1 de diciembre de 2018.
A esto se le suma la polémica creación del nuevo Instituto para el Bienestar (Insabi), que si bien busca dar atención universal ha recibido críticas por dejar a pacientes en un limbo, y a protestas de enfermas de VIH y de padres de niños con cáncer, que alertan de escasez de tratamientos.
«Quiero que el presidente (Obrador) haga justicia, vivimos en su tierra. Quiero justicia para los que están en terapia intensiva porque no la han librado. ¿Dónde está ese Gobierno que una vez dijo que iba apoyar a las mujeres?», exigió Elodia Hernández, quien perdió a su esposo Feliciano Sánchez.
El fue el tercer difunto registrado en este hospital de Pemex, que atiende a trabajadores y sus familiares y se mantiene con cuotas de afiliados provenientes de empleados en activo, de contrato, de planta y jubilados.