Bagdad/Beirut, 15 mar. (EFE).- Las autoridades iraquíes han impuesto este domingo el toque de queda en Bagdad y otras seis de las 19 provincias del país debido a la epidemia mundial del coronavirus, mientras que el Líbano ha anunciado el cierre de todos los puntos de entrada por tierra, mar y aire.
Según informó en un comunicado el Comité de Crisis creado en Irak ante al expansión del COVID-19, se ha decretado el toque de queda en la capital desde el 17 al 24 de marzo, mientras que las autoridades regionales correspondientes han anunciado medidas similares en Saladino, Karbala, Di Qar y Nínive.
Por su parte, las demarcaciones administrativas de Erbil y Sulaimaniya, en la región autónoma del Kurdistán, en el norte del país, han extendido sendas prohibiciones de movimiento de personas emitidas ayer durante otros tres días.
Según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Irak ha registrado 110 casos de coronavirus, de los que 26 se han recuperado y nueve han fallecido.
El Gobierno libanés también anunció este domingo el «estado de emergencia sanitaria», que incluye un paquete de medidas ante la propagación de un virus que ya ha contagiado a 99 personas en el país, con al menos tres muertos y una recuperación, de acuerdo con la OMS.
«El aeropuerto y todos los puntos por tierra y mar serán cerrados a partir del miércoles hasta el 29 de marzo, a excepción del personal de UNIFIL (misión de la ONU en el Líbano), diplomáticos y aviones de carga», afirmó en rueda de prensa la ministra de Información libanesa, Manal Abdel Samad.
Desde principios de este mes, el Gobierno libanés ya había ordenado el cierre de las instituciones educativas y de ocio, a lo que ahora se sumará la clausura de todas las instituciones públicas y privadas, salvo las relacionadas con la alimentación y los bancos.
El primer ministro libanés, Hasan Diab, llamó en la misma rueda de prensa a la población a quedarse en sus casas en cuarentena durante dos semanas y afirmó que estas medidas «nunca se han tomado antes en la historia del Líbano».
El Gobierno de Catar, por su parte, anunció, entre otras medidas, que inyectará unos 75.000 millones de riyales o cerca de 20.600 millones de dólares para apoyar al sector privado ante los efectos de la pandemia, tal y como decidió el emir Tamim bin Hamad al Zani en una reunión del Comité Superior de Crisis.
En rueda de prensa, la portavoz de ese organismo, Loaloa al Jater, anunció también la suspensión de todos los vuelos de pasajeros a Doha durante dos semanas, excepto las escalas y aquellos destinados al regreso de los cataríes, así como los servicios de transporte público.
Sin contar Irán, Catar es el país de Oriente Medio con más casos de coronavirus, 337.
En Omán, la agencia oficial ONA informó de la prohibición de la entrada a su territorio por todos los pasos fronterizos, marítimos y aéreos, con la excepción de los ciudadanos de los países del golfo Pérsico, si bien incluso los propios omaníes serán puestos en cuarentena.
Además, pese a que sólo se han registrado 22 casos hasta el momento, se suspenden los rezos musulmanes de los viernes y las congregaciones para actos como bodas y funerales, unas medidas que entrarán en vigor el 17 de marzo.
Finalmente, en Baréin, la Autoridad de Aviación Civil anunció una reducción del número de vuelos con destino al país árabe a partir del 18 de marzo, mientras que la Autoridad de Asuntos de Nacionalidad dejará de emitir visas a la llegada «hasta nuevo aviso», excepto a aquellos que tengan pasaporte diplomático.
En Baréin hay 214 contagios, de los que 60 se han recuperado, según el último balance ofrecido por la OMS.