México, 17 mar (EFE).- El movimiento campesino El campo es de todos, integrado por diez entidades civiles, reclamó este martes al Gobierno mexicano «un programa emergente de protección a la pequeña y mediana agricultura» para resistir a los «embates económicos» que atraviesa el país a raíz del coronavirus y sus efectos derivados.
El comunicado de la organización asegura que el producto interno bruto (PIB) de México sufrirá una contracción del 2 %, lo que también afectará al campo, golpeado además por una crisis climática que «propiciará severas sequías en áreas de cultivo y reducción de producción».
Las previsiones del movimiento ya estimaban mermas en la producción de tres granos básicos antes de la llegada del COVID-19, ya que contemplaban una reducción del 3 % en maíz, del 9 % en trigo y del 22 % en fríjol.
Ahora, la depreciación del peso mexicano intrínseca al avance del coronavirus -se espera que la moneda alcance hoy otro mínimo histórico, alrededor de las 23 unidades por dólar- complica más la situación, denunciaron los campesinos.
«La depreciación del peso afecta ahora que inicia el primer ciclo de producción, porque se encarecen los insumos (fertilizantes, maquinaria, etc.) e importamos la mayoría de los fertilizantes», argumentaron.
Además, la ONG sostuvo que «las políticas públicas para alcanzar la autosuficiencia alimentaria en granos no tendrán impacto en la producción para el 2020, pues los programas no están ligados al fomento de la productividad».
Como consecuencia, los pequeños y medianos agricultores pronosticaron una merma del 0,5 % en las cifras de producción y superficie agrícola de maíz respecto al 2019.
Esas contracciones supondrían, según el portavoz de la asociación, Isidro Pedraza, un aumento en las importaciones de maíz para el sector industrial y pecuario del 12 % en comparación con 2019, para alcanzar un poco más de 18 millones de toneladas de compras al exterior, principalmente de Estados Unidos.
Con respecto al trigo, dijo Pedraza, el pronóstico de producción también observa una tendencia a la baja, ya que se espera cosechar una superficie de 580.000 hectáreas de las cuales se obtendría una producción de 3 millones de toneladas.
Por ello, aseguró, las predicciones del movimiento auguran que para el 2020 crezca la importación de ese producto un 7 % respecto a un año antes, para llegar a un total de 5,4 millones de toneladas.