México, 2 feb (EFE).- Una estancia para conocer la Reserva de Biosfera de Calakmul en el estado de Campeche o en la las montañas de la Sierra Madre de Chiapas, ambos en el sureste de México, son apenas dos ofertas de las varias que ofrece la plataforma Rutopía, una especie de Airbnb para comunidades indígenas y rurales.
El objetivo de la «start-up», empresa emergente, de turismo, es enlazar a las citadas comunidades y los viajeros, tanto de México como del mundo, para que estos vivan experiencias únicas y poco convencionales, al llegar a lugares que con riquezas naturales y culturales.
A decir de Emiliano Iturriaga, encargado de coordinación y alianzas de la firma, Rutopía nació de la necesidad que existe en México y en muchos países en desarrollo de fomentar actividades económicas, como el turismo, que les permitan generar ingresos a las comunidades y que estas le den un valor agregado a su cultura y su naturaleza.
En entrevista con Efe, el representante contó que desde hace unos 10 o 15 años se pensó en México y el mundo en el turismo y el ecoturismo «como una forma de desarrollar económicamente a comunidades indígenas y al mismo tiempo preservar su cultura».
En el caso de México, recordó que el Gobierno federal, a través de diferentes programas, ha impulsando a comunidades con la construido cabañas. Sin embargo, luego de que 15 años de acciones de este tipo más del 80 % de los proyectos de turismo indígena en México «están abandonados».
La cifra es similar en países de América Latina lo que refleja que esto programas «han fracasado como una estrategia para darles un ingreso», indicó.
Emiliano recordó que hace cuatro años él y Sebastián Muñoz, a cargo de diseño de experiencias, ambos fundadores de Rutopía, trabajaron en una cooperativa de turismo en la Sierra Madre de Chiapas, al sur de la entidad.
«Estando ahí nos dimos cuenta realmente que las comunidades y sus proyectos de turismo tienen todo lo que se necesita para ser exitosos, para dar experiencias increíbles a viajeros de todo el mundo», relato.
Entre las ventajas que Iturriaga enumeró de este tipo lugares está que cuentan una «naturaleza impresionante», además de cultura las tradiciones y capital humano «las personas originarias son excelentes guías están capacitados y en muchos casos ya tienen infraestructura de primer nivel»
Pero, al llevar a cabo un estudio se dieron del por qué están fracasando o no están logrando ser exitosos en el mercado del turismo.
UN MERCADO COMPLICADO
Tanto Emiliano como Sebastián detectaron que las comunidades «no están integrando experiencias completas que realmente satisfagan una necesidad de los viajeros modernos».
Además de que las comunidades padecen de «barreras» que les dificultan entrar al «mercado» del turismo.
Emiliano explicó que actualmente se están haciendo más reservaciones en línea y la comunicación en varios idiomas es muy importante. «Sobre todo en el servicio al cliente además de las estrategias para atraer a los viajeros», puntualizó.
Fue precisamente en la comunidad Nuevo Paraíso en El Triunfo en la Sierra Madre de Chiapas donde desarrollaron un programa piloto que resultó exitoso.
«Primero invertimos en marketing digital luego hicimos talleres de diseño de experiencia y nos salieron muy bien. Fue ahí donde nos dimos cuenta que esto se podría replicar en otras comunidades rurales e indígenas», apuntó.
Entonces buscaron contactos en lugares como Calakmul, Campeche, y en el Valle del Mezquital del céntrico estado de Hidalgo, y tras estos contactos iniciales fundaron Rutopía.
El funcionamiento de la plataforma es sencillo. En este caso las comunidades y los anfitriones son dueños de sus experiencias y son quienes operan los viajes, mientras que la plataforma enseña y entrena a las comunidades.
«Rutopía no es un empresa de turismo que lleve viajeros a ver y a vivir en comunidades indígenas», preciso Iturriaga.
Explicó que en México actualmente existen muchas operadoras de aventuras que llevan los turistas a comunidades indígenas, pero siempre en un esquema donde un externo lleva a un viajero a determinado lugar. lo que crea una barrera.
CAMBIO DE ENFOQUE
Mientras que por medio de Rutopía los turistas llegan directamente con los anfitriones y guías locales con quienes conviven y platican.
Es decir, «nosotros únicamente ayudamos a comercializar y a diseñar los servicios turísticos de lugares a través de diferentes canales». Uno de ellos es a partir de la popular plataforma Airbnb, firma con la que formaron una alianza para incentivar «aventuras» por parte de turistas.
En síntesis, Rutopia ayuda a que las comunidades indígenas -uno de los grupos más vulnerables y empobrecidos de México- encuentren un mayor valor a lo que están ofreciendo.
Además de ayudar a los viajeros con todo lo necesario para hacer este tipo de viajes, desde gestionar los pagos hasta obtener un seguro de viajero.
«Los turistas se encargan de llegar al punto de encuentro con su anfitrión y listo, no tienen que manejar dinero efectivo, viven la experiencia y luego nosotros les preguntamos cómo les fue para dar una retroalimentación a los anfitriones», expuso Iturriaga.
Por ahora, la plataforma cuenta con 12 comunidades o destinos en México y a partir de este febrero se suman otras diez que por ahora se encuentran lugares en los estados de Quintana Roo, Chiapas, Oaxaca, Campeche, Puebla, Hidalgo, Michoacán, Veracruz, Yucatán y Ciudad de México.
A finales de enero, la «start-up» mexicana asistió a la Fitur de Madrid, España, ya que fueron seleccionados como una de las 15 mejores empresas emergentes de turismo de más de 1.700 que aplicaron de más de 150 de países.