México, 8 feb (EFE).- La exposición «La cuestión es ir tirando», abierta este sábado en el Centro Cultural de España en México (CCEMX), aúna las ganas de 27 artistas españoles de una misma generación de ir más allá de la supervivencia a través de su trabajo.
Cada esquina del laberíntico edificio está ocupada por las obras de esta exposición comisariada por Ángel Calvo Ulloa que estará disponible hasta el 24 de mayo y que reúne a artistas de diversas ramas de entre 35 y 45 años.
«Se planteó como una visión panorámica a lo que puede ser una generación de artistas españoles que están trabajando en la actualidad entre 35 y 45 mas o menos. (…)», explicó Calvo en entrevista con Efe.
Aseguró que su opinión esta «es una generación que se caracteriza por una reducción de los apoyos institucionales. Está arrancando un poco cuando estalla la crisis, escenario barrido, como fin de fiesta».
Además, para Calvo, esta generación también se caracteriza por no estar enmarcada en un contexto geográfico concreto y que sean todos nacidos en el Estado español solamente funciona como excusa para agrupar a los 27.
El título de la exposición, que fue extraído de una conferencia que el escultor Alberto Sánchez pronunció en 1932 en Madrid, tiene un tono irónico, ya que reivindica precisamente el derecho de los artistas a vivir dignamente de su trabajo.
«No se trata de la gran frase, se trata de buscar al artista como individuo que se relaciona con personas. Ir tirando guiño irónico a ese supuesto conformismo, pero en realidad busca más darle un giro a eso. La cuestión no es ir tirando es buscar la manera de que la situación no sea tan precaria», concretó.
La exposición es el fruto de más de dos años de trabajo en los que Calvo y los expositores intercambiaron opiniones para tratar de cuadrar los trabajos que aparecerían en los rincones del CCEMX durante los casi cuatro meses que estará abierta al público.
Aunque algunas de las obras son las que los artista querían mover, algunos otros han tenido que construir su obra en los días previos a la inauguración. Por ello, algunas tienen una clara interacción con México y otras no tanto.
Es el caso de Miren Doiz, que hizo una instalación en el patio central del centro con materiales y objetos comprados en los mercados de la ciudad. La pieza gira entorno a la gala cromática del maíz y, aunque era una idea que la artista ya tenía, lo potenció el uso diario que le da a este cereal en México.
Otro de los artistas, Carlos Maciá, pintó varios vidrios del CCEMX utilizando «el pantone de los colores que solía utilizar (el arquitecto mexicano Luis) Barragán» y cuando les da el sol, «se va bañando el edificio», dijo Calvo.
El comisario, a quien le gustaría poder repetir esta exposición, «aunque nunca sería la misma», en otros lugares, explicó que tuvo lugar en México porque este centro cultural de España es el más grande y porque el país latinoamericano es uno de los grandes centros de arte a nivel mundial».
Por último, Calvo recordó lo que resulta evidente para cualquier visitante de la exposición: no es una muestra al uso. No solo por la cantidad de artistas, si no por la variedad en las obras, entre las que encontramos fotografías, instalaciones, pinturas, esculturas, vídeos o «performance».
Incluso hay una obra llamada «Turno de noche», del artista, que consiste en 4.500 estrellas de plástico que brillan en la oscuridad pegadas en el techo de una de las salas y que solo se ven cuando el CCEMX se vacía de gente y se cierra.
Para el centro cultural es un privilegio contar con una exposición tan grande, que reúne tanto talento y que presenta obras de gran calidad, por lo que el director del CCEMX, Miguel Utray aseguró que este es el camino que quieren seguir, potenciando todas las artes con una mirada contemporánea y moderna.