Roma, 10 feb (EFE).- La soprano italiana Mirella Freni, una de las voces más admiradas del mundo de la lírica a nivel mundial, ha fallecido a los 84 años en su casa de Módena, en la región de Emilia-Romaña (norte), tras una larga enfermedad.
Nacida en Módena el 27 de febrero de 1935, fue una de las voces más bellas del siglo XX y llevó el «bel canto» italiano a los principales teatros de todo el mundo.
Fue coetánea del gran Luciano Pavarotti y junto a él se subió a los escenarios de muchos teatros del mundo. Su relación de amistad fue tal que Freni llegó a decir que había perdido «un hermano» cuando el maestro falleció en 2007, también en Módena, a sus 71 años.
Su amor por la música le vino de familia, su tía fue la soprano Valentina Bartolomasi y ya desde pequeña mostró que tenía una gran voz, tanto es así que a los diez años actuó para un concurso en la televisión pública italiana, donde cantó «Un bel dì vedremo» de «Madama Butterfly».
Debutó con tan solo 19 años con el papel de Micaela en la ópera «Carmen» en el Teatro municipal de Módena y desde entonces comenzó una carrera que la llevaría a subirse a los escenarios más grandes del mundo, desde La Scala de Milán, pasando por la Ópera Metropolitana de Nueva York, la Ópera de París, el Bolshoi de Moscú, el Covent Garden de Londres o el Teatro Colón de Buenos Aires.
Famosas fueron sus interpretaciones en la comedia lírica «Falstaff» de Giuseppe Verdi en 1962 en La Scala de Milán, donde el público de este templo operístico la observó por primera vez, o «La bohème» dirigida por Herbert von Karajan en 1963, de nuevo en el mismo teatro milanés.
Su vínculo con La Scala fue tal que este ha decidido rendirle un homenaje y le dedicará el estreno de la ópera «Fedora» de Umberto Giordano el próximo 3 de junio, la obra que precisamente Freni interpretó por última vez en Milán en 1996.
«Mirella Freni era parte de la familia de La Scala y de entre las grandes voces del siglo XX quizá la que recibió mayor afecto incondicional del público y de sus colegas», ha escrito el teatro milanés en un comunicado.
En los años 70 interpretó papeles de óperas de Vedi, como Desdémona en «Otelo», Elizabeth en «Don Carlo» o Amelia en «Simon Boccanegra».
Fue una de las personalidades artísticas más representativas del mundo de la ópera de Italia y cantó en numerosas ocasiones bajo las batutas de directores de orquesta como Claudio Abbado, James Levine o Riccardo Muti.
Su última actuación fue en 2005 con «La pulzella d’Orleans» en Washington y ese año, aún en pleno apogeo de su carrera, decidió abandonar los escenarios para enseñar canto.
A lo largo de su carrera recibió numerosos premios y reconocimientos, entre ellos el galardón de Caballero de la Gran Cruz del Estado italiano, la insignia de la Legión de Honor en Francia, o las llaves de las ciudades de Miami y Nueva York.