Los Ángeles, 12 feb. (EFE News).- Siete años de servicio militar, con dos etapas en Irak, sirvieron al independiente Eric García para adquirir unos valores que quiere trasladar ahora a Washington para tratar de sacar del Congreso al republicano Devin Nunes, el mayor protector de Donald Trump.
El candidato, de 32 años y origen mexicano, se medirá al republicano Nunes y a tres demócratas el próximo 3 de marzo en las elecciones primarias por el distrito 22 de California, que incluye el este de Fresno, Clovis, Tulare y Visalia, entre otros.
«Hasta que llegó Trump al poder no veía ninguna diferencia entre demócratas y republicanos. Ahora hay una diferencia enorme, pero soy independiente. Entiendo los problemas reales de las personas de nuestro distrito, no como Nunes», argumentó García en una entrevista con Efe.
Para García, el principal problema de Nunes es que ha sido un férreo defensor de Trump durante los últimos años, sin que le importaran las preocupaciones de sus votantes en California.
«Creo que este no es el trabajo para el que fue elegido; fue elegido para representarnos. Debería concentrarse en los temas que nos conciernen. Por ejemplo, nunca ha mencionado los problemas de abastecimiento de agua en nuestro distrito», lamentó.
Al ser el republicano de mayor rango del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Nunes ha estado en el centro de los esfuerzos de su partido para defender a Trump durante el proceso de destitución, que finalmente ha terminado absolviendo al mandatario.
Pese a que ese rol de Nunes es una de las mayores motivaciones para tratar de desbancarle, García eligió presentarse a los comicios legislativos por la falta de regulación contra la violencia de armas en las escuelas del país.
«Mi hijo de seis años se acercó a mí y me dijo: papá si hay un atacante armado en mi escuela y no puedo esconderme, voy a tomar sangre de un cadáver, ponerla sobre mí y fingir que estoy muerto. (…) Esto es lo que me empujó a postularme para el Congreso en el distrito 22 de California contra Nunes», dijo.
Ese inocente plan de su hijo le removió las tripas.
García conoce muy bien el efecto devastador de las armas en combate, ya que se alistó al Ejército siendo menor de edad y sirvió dos veces en Irak con el cuerpo de los Marines, hasta que la fuerza militar le dio de baja por discapacidad.
El joven militar contrajo la enfermedad del lupus y fibromialgia en Irak, minando así su movilidad.
Lejos de rendirse, García fue a la universidad a graduarse y ahora está cursando un máster, además de dar sus primeros pasos en el mundo de la política.
Hijo de una familia de agricultores mexicanos, es consciente de dos problemas que afectan, en mayor medida, a la comunidad latina de California: el acceso al agua y el abuso de las autoridades migratorias.
«Solo en California, hay más de un millón de personas que no tienen acceso a agua limpia. Y es un gran problema, especialmente en el Valle Central, porque en toda la agricultura, los pesticidas y las aguas subterráneas contaminan», señaló.
Otro tema central en su campaña será cómo lidiar con «el racismo», a su parecer, de las autoridades migratorias en la zona fronteriza con México.
«Cuando mis abuelos solían ir y venir, iban de Estados Unidos a México, y viceversa, sin problema. Pero, con el paso del tiempo, el racismo fue aumentando y, con ello, la seguridad fronteriza», lamentó.
«Están tratando -continuó- de retratar al pueblo mexicano, de América Central y América del Sur como criminales. Y está empezando a tener efecto en la mente de las personas. Mira, nosotros también somos personas. Somos personas normales».