México, 15 feb (EFE).- Centenares de mujeres marcharon este sábado pacíficamente por la Ciudad de México para recordar a Ingrid Escamilla, descuartizada presuntamente por su pareja, en plena polémica sobre la tipificación del delito de feminicidio en el país.
La marcha comenzó en una estación de metrobús de la alcaldía Gustavo A. Madero, en el norte de la capital mexicana, y prosiguió hasta el domicilio en el que la joven fue asesinada el pasado domingo, donde se leyeron discursos de homenaje.
Las manifestantes portaron pancartas en recuerdo de la víctima y corearon cánticos como «Ni una más, ni una más, ni una asesinada más», «Me cuidan mis amigas, no la policía» o «Vivas nos queremos».
La marcha, en la que participaron familiares de la joven, tuvo el pleno apoyo de los vecinos de la zona, ya que muchas fachadas tenían colgados carteles deseando justicia y un descanso en paz para la joven.
Este sosegado homenaje a Ingrid Escamilla tuvo lugar tras la tensa jornada anti feminicidios de este viernes, cuando miles de mexicanas se manifestaron en todo el país contra el Gobierno y los medios de comunicación.
Agrupaciones feministas pintaron la puerta y paredes del Palacio Nacional, sede del Gobierno y residencia del presidente, e incendiaron un camión de un periódico que publicó fotografías del cadáver de la víctima.
La cobertura mediática de este crimen ha sido muy criticada e incluso se filtró un video del presunto homicida, Erick Francisco «N», de 56 años, cuando confesaba ensangrentado y dentro de una patrulla que «enterró» el cuchillo en el cuello y descuartizó a su pareja, tirando restos por el drenaje.
El asesinato de Escamilla ha conmocionado un país en el que matan a 10 mujeres cada día y que registró el año pasado 1.006 feminicidios, como se cataloga al asesinato por violencia de género, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
El crimen tuvo lugar en plena polémica sobre la tipificación de los feminicidios en México, ya que a principios de febrero el fiscal general, Alejandro Gertz Manero, propuso a un grupo de diputados sustituir el delito de feminicidio por el de homicidio agravado.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, también se situó en el centro de la polémica cuando presentó en rueda de prensa un decálogo contra la violencia machista en el que no aparecía la palabra «feminicidio».