Teherán, 16 feb (EFE).- El presidente iraní, Hasan Rohaní, aseguró este domingo que Irán «nunca acudirá a la mesa de negociaciones bajo presión» ni empezará conversaciones con Estados Unidos «desde una posición de debilidad».
En una rueda de prensa en Teherán, Rohaní dijo que «la política de máxima presión está condenada al fracaso» pese a que EE.UU. pensaba que con la imposición de sanciones Irán se iba a rendir en unos meses y aceptaría su voluntad.
El Gobierno estadounidense de Donald Trump volvió a imponer sanciones a Irán tras retirarse en mayo de 2018 del acuerdo nuclear, que había sido firmado en 2015 por el llamado Grupo 5+1 (EE.UU., Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania).
EL REGRESO AL ACUERDO NUCLEAR COMO CONDICIÓN
«Si EE.UU. vuelve al JCPOA (sigas en inglés del pacto nuclear) y levanta las sanciones podrá regresar a la mesa de negociaciones en el marco del Grupo 5+1, de lo contrario no habrá negociaciones», subrayó el presidente iraní, que aludió a las presiones de Washington para alcanzar un nuevo acuerdo.
Rohaní hizo hincapié en que el camino de Irán es el de «la resistencia y el progreso» y que continuará en esa vía el próximo año del calendario iraní, que comienza el próximo 21 de marzo.
Aunque reconoció que las sanciones han implicado problemas económicos para la población y que todavía hay dificultades, aseveró que Irán «ha superado las máximas presiones de EE.UU.».
Debido a las sanciones y al fracaso del resto de firmantes del JCPOA en contrarrestarlas, Irán ha ido reduciendo gradualmente el cumplimiento de sus compromisos, incluido el límite de enriquecimiento de uranio, hasta que en enero pasado anunció que ya no se adhería a ninguna de sus obligaciones técnicas.
El pacto nuclear limita el programa atómico de Irán a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales, por lo que la retirada de EE.UU. lo debilitó en extremo.
EE.UU. DEBE ABANDONAR EL UNILATERALISMO
«Lo que es importante para nosotros es que EE.UU. y los funcionarios de la Casa Blanca cambien su forma de pensar y hagan lo que es mejor para el pueblo estadounidense y para la región», apuntó.
Al respecto, agregó que Irán quiere que «EE.UU. abandone el unilateralismo y deje de creer que es el gobernador del mundo».
La tensión con EE.UU. ha escalado debido a las sanciones y, más recientemente, al asesinato del poderoso general iraní Qasem Soleimaní en un bombardeo estadounidense en Bagdad.
También ha aumentado la tensión entre Irán y su rival regional Arabia Saudí a raíz de una serie de ataques en el golfo Pérsico, tras los cuales Teherán propuso el llamado plan de paz de Ormuz.
LA PAZ EN LA REGIÓN NO SE LOGRARÁ SIN IRÁN
Sobre este plan, calificado por Rohaní como «una de las mejores soluciones» para garantizar la seguridad en el Pérsico, el presidente dijo que Irán «siempre ha buscado la estabilidad en esta región».
«Es claro para todo el mundo que la paz y la estabilidad en esta región no se logrará sin la ayuda de Irán», apostilló Rohaní, quien añadió que la seguridad debe ser suministrada por los países del golfo.
Por ello, insistió en que «todos» los países deben colaborar y que no se debe excluir a ninguno y explicó que «algunos Estados dieron la bienvenida al plan y otros todavía no han respondido».
Entre los que no han respondido se encuentra Arabia Saudí. Rohaní afirmó que cuando ese país «esté preparado» podrán solucionar sus diferencias, empezando por el conflicto en el Yemen, donde respaldan a bandos rivales.
«Si Arabia Saudí frena su agresión al Yemen, las condiciones para una negociación y una reconciliación son posibles», agregó.