México, 18 feb (EFE).- El diseñador de moda y escritor gallego Adolfo Domínguez manifestó este martes en Ciudad de México durante una conferencia sobre su libro «Juan Griego» que se considera «un ilustrado».
«Yo me considero un ilustrado. Detesto el romanticismo y detesto el siglo XIX. Pertenezco a ese mundo racionalista. La originalidad del romanticismo la siguieron las vanguardias. Ahora me dicen que soy original pero yo prefiero no serlo. Lo bello si es bello mejor repetirlo», afirmó Domínguez.
El escritor, que publicó su novela hace un año y medio después de 36 años escribiéndola, expresó esta opinión en referencia al modo en el que confeccionó su libro, en el cual buscó la sencillez y se inspiró en sus grandes referentes: «Don Quijote de la Mancha» (1605), de Miguel de Cervantes Saavedra, y «Pedro Páramo» (1955), de Juan Rulfo.
«‘Juan Griego’ es un libro de ideas. Si no lo resuelves bien es pesado. Es una novela reflexiva cuyo motor es el diálogo con personajes vivos y vibrantes. Es casi diálogo puro y el teatro es el motor de la trama. Por eso es fácil de leer a pesar de ser una novela tan densa», concretó.
El protagonista de la novela es un niño huérfano criado por una tía en Argentina, cuyos ingresos que venían de acciones van menguando y acude a un colegio de élite con grandes profesores «que lo inician en la vida».
Más allá de los diálogos, escritos en verso, y la sencillez dentro de la densidad del contenido, Domínguez explicó cuáles fueron sus objetivos y sus búsquedas a la hora de escribir la novela y a quiénes va dirigida.
«Yo escribí porque quise entender. Esa es la primera motivación. He tenido una vida lo suficientemente complicada como para querer entender y el conocimiento da calma. Busco lectores que quieran entender. La ficción que es puro entretenimiento no me interesa. La vida ya es lo suficientemente divertida», concretó.
Asimismo, aclaró que ser lector, para él, a pesar de haber sido siempre un adicto a la lectura por querer conocer «el otro lado de las cosas», es algo que requiere un esfuerzo mayor a ver cine o escuchar música.
Por otra parte, mediante el libro también trató de comprender el por qué de la decadencia de Argentina a partir de 1980, ya que a mediados del siglo XX fue uno de los países más prósperos del mundo.
«La violencia en Argentina o los muertos de Sudamérica comparados con las guerras de Europa en el siglo XX son mucho menores. El mundo está lleno de violencia, pero aún así Latinoamérica no se sale de la norma. Hay que desdramatizar aunque también es lógico dramatizar», consideró.
El modisto y escritor demostró gran conocimiento e interés durante la conferencia tanto por la literatura, como por la física, como por la historia de la humanidad y agradeció haberse dedicado a la moda.
«La moda es algo muy plástico y muy sensual y la escritura es muy abstracta. Gracias a Dios me dediqué a la costura, si solo hubiese escrito me hubiese vuelto loco», terminó.
Adolfo Domínguez (Puebla de Trives, 1950), que estudió Filosofía y Letras y fue bibliotecario durante unos años en la adolescencia, entró en la moda en 1975 cuando empezó a confeccionar prendas masculinas y desde entonces ha trabajado en este sector.
Este diseñador, que defiende un estilo eminente práctico, ideado para una mujer activa, hizo historia al convertirse en la primera casa de moda de España en cotizar en Bolsa.
A partir del año 2000, Adolfo Domínguez -que cuenta con 396 tiendas en 23 países- despliega las alas y lanza al mercado nuevas líneas de moda infantil o lencería de hogar.