Aguascalientes.- Tras el decreto presidencial que prohíbe la importación de cigarros electrónicos, las autoridades sanitarias ahora irán por el aseguramiento de ese tipo de dispositivos que se comercializan en el mercado local, debido a que su uso resulta ser supuestamente “100 veces más peligroso” que los productos de tabaco tradicionales.
Con esta disposición se cancela en automático la comercialización de los cigarros electrónicos y de las sustancias y mezclas utilizadas para su funcionamiento, de manera que en los operativos se procederá al aseguramiento de los mismos, puesto que tanto a los distribuidores como a los dueños de los negocios se les exigirá la presentación del permiso de importación.
Autoridades del Instituto de Servicios de Salud de Aguascalientes calificaron de histórica y como la mejor decisión que se haya tomado hasta ahora por el Gobierno Federal en materia de salud, al sostener que los cigarros electrónicos o vapeadores resultan ser hasta 100 veces más dañinos que los cigarros convencionales.
“El paso importante ya se dio con la disposición que prohíbe la importación de ese tipo de productos, ahora se espera que se emita la alerta y la orden correspondiente para proceder a limpiar el mercado retirando de la venta ese tipo de dispositivos”, mencionó uno de los altos funcionarios de salud en la Entidad.
En el decreto presidencial donde se prohíbe la importación de cigarros electrónicos, se precisa que el comercio de este tipo de cigarros se encuentra prohibido en el país desde mayo de 2008, fecha en que se expidió la Ley General para el Control del Tabaco. Sin embargo, se requería de una armonización en el marco normativo a fin de evitar que se llevaran a cabo prácticas de comercio ilegales de dichos productos, lo que se concreta con el referido decreto.
Se asegura por las mismas autoridades de salud que los cigarros electrónicos constituyen un riesgo para las personas del entorno expuestas al aerosol exhalado por los usuarios de esos dispositivos, ya que las soluciones y mezclas utilizadas suelen estar disueltas en propilenglicol o glicerina, elementos dañinos para el corazón y los pulmones, al grado de que no sólo en Estados Unidos, sino también en México, ya se ha registrado la muerte de varias personas por el uso de esos dispositivos.