México, 21 feb (EFE).- Las historias de los llamados «godínez» -adjetivo utilizado para los empleados de oficina en México- viven su mejor momento y así lo confirma «La rebelión de Los Godínez», el filme que llega este fin de semana a los cines del país para repetir el éxito de la taquillera «Mirreyes vs Godinez» (2019).
«Creo que en esta nos fijamos muchísimo más en el ‘godinato’ y lo que sucede dentro del corporativo en las distintas etapas y posiciones y jerarquías de cada ‘godín'», dijo Gustavo Egelhaaf, protagonista de la película.
«Todas las personas que trabajan en este tipo de oficinas sabrán y entenderán acerca de que hasta en los ‘godínez’ hay razas, es una comedia que tiene acción, que tiene romance, tiene mucha animación», agregó.
Esta cinta, que tendrá una exhibición en mil pantallas, explora algunas costumbres de los típicos trabajadores de oficina mexicanos, como el viajar en metro y, al lograr abrirse paso entre la gente, tener a su vez «armas» para enfrentar a sus «enemigos».
Así ocurre con el personaje de Anna Carreiro, quien tiene a una jefa implacable, encarnada por Bárbara de Regil. Si bien la actriz solo ha viajado cinco veces en el metro de la Ciudad de México, los trayectos fueron suficientes para que aprendiese las mejores técnicas de empuje.
«Cuando hice la escena con Bárbara tuve un equipo que me apoyó para colocar el golpe y hacer el truco. Bárbara es una gran compañera en escena, me ayudó, la practicamos y creo que tuvimos un buen resultado. Me encanta, me divierte mucho y pues yo me la madreo (golpeo)», explicó.
Otra toma que se destaca es una escena de «cama godín», en la que la mejor jugada es «meter gol», en palabras de Egelhaaf, quien comparte besos y caricias con el personaje de Carreiro.
«Cuando estás al calor del futbolito, funciona. Es complicado, los jugadores del futbolero a la hora de acomodarse de pronto te pican una parte, una costilla, pero se puede», bromeó.
TRABAJANDO CON UNA LEYENDA VIVA
Uno de los grandes atractivos del filme es la participación de Alejandro Suárez, quien está en la mente de los mexicanos con desternillantes personajes de comedia como Amado Tomillo o Vulgarcito.
Después de «Acapulco, la vida va» (2017), el actor encarna al abuelo de Egelhaaf.
En torno a las metas que aún tiene que saldar con la vida y su carrera, situación que también vive el personaje, el mítico actor fue claro.
«Yo pienso que cada quien tiene su destino escrito, solo que no lo hemos leído. Muchas veces te pasa algo, se te poncha una llanta o tienes un problema y te encuentras a la persona indicada que te tenías que encontrar. Si no te pasa eso, no la ves. Como creo tanto en el destino, pues lo que me pasa lo tomo con felicidad y digo ‘qué bueno que me está pasando esto'», citó.
Haciendo un balance de su carrera cinematográfica, Suárez explicó su negación a haber participado en el cine «de ficheras», género que cobró popularidad en las décadas de 1970 y 1980 lleno de clichés de la comedia erótica y de limitada calidad.
«Yo no hice cine de la época de las ficheras, eso jamás porque me daba vergüenza que fueran mis hijos y vieran esas películas», destacó.
También habló de su participación en la cinta «El señor doctor» (1966), en la cual Mario Moreno «Cantinflas» no le dejó hacer mucho.
«Cantinflas no nos dejo hacer nada a Zayas (Alfonso) y a mí . Nos contrató Miguel Delgado (director del filme) y dijo que iba a llegar Cantinflas para hacer una escena de cabaret en la que ustedes harán unas cosas. Después llegó Cantinflas y dijo ‘no, que no hagan nada’. Yo solo le dije un diálogo y Zayas ni habló», concluyó.
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