Cajititlán (México), 5 ene (EFE).- Con danzas y trajes especiales el grupo «Los morenos» veneran a Melchor, Gaspar y Baltasar, las figuras centrales del pueblo de Cajititlán, en el occidental estado mexicano de Jalisco, que cada año reúne a millones de fieles que acuden hasta su santuario para agradecer sus milagros.
Unas 120 personas originarias de Cajititlán conforman esta agrupación que «anuncia» la llegada de los tres Reyes Magos durante las procesiones que tienen lugar en este poblado pesquero del 30 de diciembre al 7 de enero.
Julio César Ortiz dice a Efe que esta tradición surgió en 2001 como una manera de agradecer a los Reyes Magos por sus milagros. Hombres y mujeres desde los cinco años aprenden las danzas para abrir paso y acompañar a las tres figuras durante su andar por el pueblo.
«Los morenos» idean y confeccionan sus trajes para la ocasión. Capas de terciopelo con imágenes religiosas bordadas en honor a los Reyes, ropa negra, un sombrero con moños y pequeñas máscaras talladas en madera, un látigo y una máscara negra en el rostro.
«La indumentaria es un tributo a los Santos Reyes, que tienen una túnica y una capa, la máscara de nosotros hace alusión a los esclavos que venían a ver al niño Jesús y los moños en la cabeza son significado de los regalos que le traían a Jesús, y el chicote es para obligar a las personas a cumplir su manda», explicó Ortiz.
Para el joven pertenecer a esta agrupación es un honor y una manera de dar gracias a las tres figuras religiosas que lo han acompañado desde la infancia.
«Al igual que mis abuelos, a mis papás les inculcaron la tradición de agradecer. Yo lo hago no por interés sino por amor a las imágenes, al pueblo y que la tradición siga creciendo», asegura.
TRADICIÓN ANCESTRAL
La tradición de venerar las imágenes de los Reyes Magos tiene más de cuatro siglos de antigüedad en este poblado y es una mezcla de las costumbres de los antiguos pobladores de origen indígena con las creencias de la religión católica, explica el cronista José Luis Rodríguez.
Relata que en 1587, cuando los frailes franciscanos llegaron a esta zona, se dieron cuenta de que los habitantes adoraban a una deidad llamada «Machis» que vivía en la laguna cercana y que debían mantenerla contenta para que les permitiera la buena pesca.
«Al empezar el año, en el séptimo día adornaban sus canoas, se introducían a la laguna a arrojarle ofrendas a Machis y pedir que el año fuera mejor. Viendo estos los franciscanos se preguntaron qué fiesta católica coincidía para no quitarles su costumbre, y lo que estaba más cerca era la creencia de los Reyes magos», expresa el cronista.
Este sincretismo hizo que en Cajititlán los tres Reyes Magos sean festejados cada 7 de enero y no el 6, como es costumbre en casi todos los países con presencia de la religión católica.
Las imágenes de los Reyes Magos fueron talladas en madera de mezquite desde el siglo XVI, aunque en el siglo XX fueron elaboradas otras que también permanecen en el templo del lugar para recibir a los miles de fieles y que cada año salen a peregrinar por hasta la laguna.
«Es un foco de devoción y en el atrio las mamás llegan con sus niños disfrazados de Reyes Magos, con sus coronas, pintados de negro y con sus capas porque vienen a pedir un favor o agradecer que ya se lo hicieron, pero además vemos la fe de la gente que viene de otros estados y países hasta el templo», concluye Rodríguez.
Mariana González-Márquez